16 de julio de 2023. Por Armando Palau Aldana. La historia de Colombia es un referente mayor en la realidad de Latinoamérica y el Caribe, no solo por su estratégica localización en el continente, como por su aporte a la causa independentista liderada por el colombianizado caraqueño Simón Bolívar, así como por su destacada agenda cultural que se produjo en los albores de la Primera República Liberal a finales del Siglo XIX (que iluminó el oscurantismo de la hegemonía conservadora con el furor del liberalismo radical) mereció ser bautizada como la “Atenas de Sudamérica” por personalidades como el argentino Miguel Cane, el francés Pierre d'Espagnat y el español Ramón Menéndez Pidal.
En la capital de Colombia se lideró anticipadamente la conformación de la Organización de Estados Americanos, mientras que la Carta de Bogotá con su Declaración Americana de los Derechos Humanos es del 30 de abril de 1948 (precisamente durante el trágico Bogotazo, episodio del vil asesinato de Gaitán), la Declaración de las Naciones Unidas se firmó en Paris (diciembre de 1948). La OEA dio paso a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) en junio de 1959 y posteriormente a la Corte Interamericana (mayo de 1979) como resultado del Pacto de San José (noviembre de 1969) que promulgó la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
La CIDH es un organismo con una importante trayectoria internacional, está conformado por 4 damas y 3 caballeros como Comisionados de alta autoridad moral y reconocida competencia en la materia, escogidos de igual número de países, para la promoción y defensa de los derechos humanos en el continente, funge también como órgano consultivo de la OEA y está facultada para solicitar a los Estados parte la adopción de medidas cautelares en casos de extrema gravedad o urgencia, con el fin de evitar que ocurra un daño irreparable en los derechos humanos de una persona, grupo de personas, o sujetos especiales de derecho, complementada por la Corte IDH.
La Corte IDH, juntamente con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, es una institución judicial autónoma cuyo objetivo es aplicar e interpretar la Convención Americana a través del ejercicio de su función contenciosa, dentro de la que se encuentra la resolución de casos contenciosos y el mecanismo de supervisión de sentencias y consultiva. Solo han aceptado su competencia: Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam y Uruguay.
A través del Círculo de Pensamiento Ambiental, que no es propiamente el plano euclidiano definido por una circunferencia, sino un lugar de encuentro o de convergencia donde diferentes organizaciones ambientalistas con sus distintas percepciones se aproximan en el sendero del disenso creador, para reflexionar sobre las problemáticas ambientales con el propósito de asumir posiciones, generando opinión pública y masa crítica, acudimos a CIDH para solicitar Medidas Cautelares en favor de las Ballenas Yubarta, los Delfines Moteados, las Tortugas Carey y Verde, los Murciélagos, los endémicos insectos y los arrecifes coralinos.
En este propósito concurrimos con el jurista Jaime Araujo (quien fuera Presidente de la Corte Constitucional) asesor del Cirpa, Solanyi Murillo (Monaya), Agustín H. Valencia (Ideó), David Perafán (Ekoinc) y Rubén Chávez (Pangea). El formulario dirigido a la Presidenta Margarette May Macaulay fue debidamente radicado ante la Secretaría Ejecutiva de la CIDH. El radar y el muelle de 182 metros que construirán los contratistas gringos, violentarán el Parque Natural Gorgona con la Mini Base Militar autorizada por la Autoridad Nacional de Licencias y contaminarán la Isla Ciencia donde arribarán en agosto las Ballenas Yubarta desde la Antártida a parir y amamantar sus ballenatos y luego a los rituales de apareamiento; las Tortugas Marinas al desove y desplazamiento hacia el mar de ingentes embriones, y los Delfines Moteados a danzar.
De la mano de la Academia de Ciencias Exactas, de la Comisión Científica de Gorgona, y del Colectivo Salvemos Gorgona, agotamos todos los mecanismos jurídicos ante el Ministerio de Ambiente, la Autoridad de Licencias, el Tribunal de Cundinamarca y el Consejo de Estado para que se suspenda la autorización para la construcción de la Mini Base Militar. Todos al unísono negaron el Principio de Precaución y dejaron al garete el frágil mundo marino, por ello acudimos a la CIDH.
La Corte IDH consideró (Opinión Consultiva OC-23/17 de 15 de noviembre de 2017): " Esta Corte considera importante resaltar que el derecho al medio ambiente sano como derecho autónomo, a diferencia de otros derechos, protege los componentes del medio. ambiente, tales como bosques, ríos, mares y otros, como intereses jurídicos en sí mismos, aún en ausencia de certeza o evidencia sobre el riesgo a las personas individuales. Se trata de proteger la naturaleza y el medio ambiente no solamente por su conexidad con una utilidad para el ser humano o por los efectos que su degradación podría causar en otros derechos de las personas, como la salud, la vida o la integridad personal, sino por su importancia para los demás organismos vivos con quienes se comparte el planeta, también merecedores de protección en sí mismos”. Amanecerá y veremos.
Toda esta trama y esta ardua e indeclinable lucha nos recuerda al que Neruda llamó el Poeta del Mar en su Declaración de Amor (1950) que reza así: "Sabe mi amor la página de altura/de la gaviota en cuyas grises alas/definí con suspiros tu hermosura./Y los cielos del sur que fueron míos./Y las islas del sur donde a buscarte/arribaba mi voz en los navíos./Y la diestra fatal del vendaval./Y todas las criaturas del océano./Y el paisaje total del litoral./Tú sola entre la mar, niña a quien llamo:/ola para el naufragio de mis besos,/puerto de amor, no sabes que te amo./¡Para que tú lo sepas, yo lo digo/y pongo al mar inmenso por testigo!".
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