3 julio 2021. Por Armando Palau Aldana. Precisamente hoy tres de julio, fuimos sorprendidos con un inusitado despliegue policial y militar de dos mil efectivos en la toma de la Montaña Mágica de Siloé, uno de los emblemáticos lugares de la popular ladera de Cali en el desarrollo de los Puntos de Resistencia de la estoica protesta social que cumplió más de dos meses de coraje de la juventud caleña.
Un tal coronel Soler en retiro activo, quien fue designado recientemente como secretario de seguridad y justicia por el alcalde de esta ciudad, a quien se le ve en otros operativos con pistola al cinto, lideró la incursión militar declarando con embuste que fue una respuesta a una necesidad de estabilidad de la fuerza policial para que ingresen detrás de las inversiones para una población que estaba intimidada y casi secuestrada por la delincuencia y la manifestación pública, y unos tantos despistados le aplaudieron.
Esto constituye una ruptura de la vida civil y de las garantías constitucionales de la comunidad, así como una estigmatización lesionado su derecho a la igualdad, pues mientras la ciudad es objeto de actos de violencia por parte de personas de barrios acaudalados que dispararon con sus armas de fuego contra las y los jóvenes que protestaban, a estos ricos no se les hizo un operativo de la fuerza pública para detenerlos, por el contrario, contaron con la protección y el acompañamiento de la policía.
Las gentes de la Montaña Mágica tienen la dinámica de cualquier barrio y está compuesta mayoritariamente por gentes laboriosas y por jóvenes con sus expectativas truncadas y sus necesidades básicas insatisfechas, y como la mayoría de los sectores populares de la ciudad padecen el empobrecimiento generado por las erradas políticas gubernamentales, forman parte de las cifras oficiales de un poco más de la mitad de la población colombiana en condición de pobreza y penuria extrema. Su incompleto desarrollo humano es el resultado de la corrupción estatal, de ninguna forma son la causa. Nada justifica ser la población objetivo de una intervención militar bajo el pretexto de erradicar la inseguridad.
La oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, han denunciado los excesos de la fuerza policial y la flagrante violación del derecho a la protesta social la lesión a la vida a la integridad personal y la libre opinión, por tanto la toma por parte de esos efectivos constituye una latente amenaza.
Las mentiras del tal coronel Soler, como peón de brega del perverso establecimiento, hacen parte del histórico acumulado de tergiversación de la realidad en esta ciudad de desigualdades, cuya casta blanca hizo creer a la nación colombiana que el primer grito de independencia ocurrió en este mismo día del año mil ochocientos diez, cuando la verdad consignada en aquella acta reza que ante la invasión napoleónica a España, los creídos ilustres caballeros caleños juraron de rodillas lealtad a Fernando Séptimo prometiendo que le liberarían del yugo de Napoleón.
Así sigue gobernándose a Cali, con falacias que pretenden ocultar y castigar la osadía que tiene la manifestante juventud de evidenciar la desigualdad y la injusticia, por ello decidieron castigar a las gentes de la Montaña Mágica, militarizando la inequidad social como una clara advertencia fascista para quienes se atreven a ejercer la soberanía popular cuestionando el putrefacto establecimiento y los roedores de cuello blanco que carcomen al Estado, por ello es hora de pensarnos una nueva ciudad como un proyecto colectivo donde el interés general prevalezca, hay que pensar globalmente pero actuar localmente, cómo advertimos los ambientalistas.
Esta peligrosa toma militar de la Montaña Mágica me recuerda el tango que cantara el Polaco Goyeneche, escrito por el maestro Francini "Camouflage, apariencias engañosas que no dejan ver las cosas como son en realidad. Martingalas de tahúres de la vida que escabullen la partida con genial habilidad. Camouflage emboscada traicionera en donde cae cualquiera con fatal ingenuidad. Artimañas que al nacer ya nacen muertas, porque quedan descubiertas con la luz de la verdad.