3.1.25

¡Cali: Verde que te quiero verde! - Disertaciones del Crepúsculo


3 enero 2025. Por Armando Palau Aldana. Cali se ha denominado la Sucursal del Cielo porque sus mujeres son como las flores, por su gente jovial, por su acogedor clima, por su llana geografía que combina con su pie de monte en Terrón Colorado, Alto Jordán y la Montaña Mágica de Siloé. Es cruce de caminos de las gentes que migran desde el sur caucano y nariñense, como de quienes parten o vienen del Litoral Pacífico y su bello Puerto del Mar mi Buenaventura, migraciones cuyo saber se siente en la exquisita comida que se dispensa y el rítmico son de su cadenciosa música que se baila.

Sin embargo, esta pujante ciudad viene rezagada especialmente en materia ambiental. En términos de hábitat, no se cumplen los estándares internacionales establecidos por la Organización Mundial de la Salud de un árbol por 3 habitantes, cuando solo llegamos a 8 por cada poblador. Mientras la OMS indica que un hábitat saludable debe contar por lo menos con 9 metros cuadrados de áreas verdes por persona, en Cali no alcanzamos ni siquiera los 3 metros, presentándose sectores críticos como la Ladera donde cada vecino solo cuenta con 11 centímetros.

No obstante, se miente a la opinión pública desde la autoridad ambiental logrando reconocimientos mundiales como ciudad inteligente, a través de los servicios ecosistémicos que prestan los 25 bosques urbanos que tiene Cali a través de una ‘Red Comunitaria que integra 39 escenarios de naturaleza para como parte del Sistema Municipal de Áreas Protegidas, porque no se reconoce en los boletines informativos el inaceptable déficit arbóreo y de zonas verdes, no se incorporan relictos de Bosque Seco Tropical como El Morro y otros potrerizados.

En materia de autoridad ambiental, no obstante que el Dagma cumple 30 años de establecida, sigue siendo el mayor fortín contractual de la colación del Concejo, cuenta con funcionarios de segundo nivel sin experiencia ni formación afín, que avalan que los contratistas impongan sanciones provisionales usurpando funciones públicas, así como procesos sancionatorios ocultos en que las multas pecuniarias oscilan según la venta de humo, llevándonos a solicitar a la Fiscal General de la Nación una contundente investigación penal para que cese la corrupción.

Ni que decir, de la apología a la pólvora del heredero del Clan Cañicultor Eder, no obstante la creciente opinión pública demandando finalizar esta práctica que corrompe el aire que respiramos incrementando las infecciones respiratorias infantiles, además de la muerte de ingente cantidad de aves, el pánico a perros y gatos, así como la muerte de dos antílopes en el Zoológico de Cali (una inaceptable cárcel animal), se siguen permitiendo la venta de artículos explosivos.

No obstante que la Unidad de Protección Animal negó el embuchado de la Peregrinación Ecuestre para esta Feria, iterando que no es acorde con los valores de una sociedad que busca garantizar la vida digna de todos los seres vivos, bienestar animal no negociable, afirmando que debe abandonarse prácticas que normalizan el sufrimiento y comenzar a construir una relación de respeto hacia los animales, el Alcalde Eder promovió las corridas de toros, demostrando que el eslogan de Paz con la Naturaleza era una falacia para él, como asiduo taurino.

Acompañaremos este domingo a los movimientos antitaurinos a la jornada de protesta en la Plaza de Torturas Cañaveralejo, aunque estos no hayan expresado su solidaridad con las Ballenas Jorobadas, los Delfines Moteados, las Tortugas Carey, las Anguilas de Jardín, los Monos Capuchinos, los Lagartos Azules, los Osos Perezosos de 3 Dedos y todo su mundo marino en Gorgona, expuesto alevemente por la Estación Guardacostas autorizadas por los Ministros de Defensa y Ambiente, con el silencio cómplice de las bancadas del Pacto Histórico.

“Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña”, escribió Federico García Lorca (1928), mientras Gardel y Le Pera compusieron “El día que me quieras” (1935), con un soneto ambiental: “El día que me quieras / no habrá más que armonías, / será clara la aurora / y alegre el manantial. / Traerá quieta la brisa / rumor de melodías / y nos darán las fuentes / su canto de cristal. / El día que me quieras / endulzará sus cuerdas / el pájaro cantor, / florecerá la vida, / no existirá el dolor”.

30.10.24

COP DiverGente - Cumbre Ambientalista Ciudadana y Autónoma
Manifiesto a Colombia y al Mundo

 
Cali, 26 y 27 de octubre de 2024. Manifiesto a Colombia y al Mundo. COP DiverGente - Cumbre Ambientalista Ciudadana y Autónoma.

Reunidos en la “COP DiverGente - Cumbre Ambientalista, Ciudadana y Autónoma”, registra las palabras del Secretario General de Naciones Unidas, señor António Guterres, en ocasión de la COP16: “Los países en desarrollo están siendo expoliados. El ADN digitalizado de la biodiversidad sustenta los descubrimientos científicos y el crecimiento económico. Pero los países en desarrollo no se benefician equitativamente de estos avances, a pesar de albergar una riqueza extraordinaria”. 

La COP 16 está muy lejos de resolver estos desequilibrios. A pesar de los discursos encendidos con el lema “Paz con la naturaleza”, la COP 16 corrobora que es una fase más de la mercantilización de la naturaleza y de nuestra diversidad cultural y biológica, contra los derechos de exclusiva soberanía de nuestros Pueblos.

Las declaraciones de la Ministra de Ambiente de Colombia, son reveladoras: “Lo que proponemos de fondo,   -dice ella-, es un nuevo pacto financiero, por eso invitamos al sector privado a construir de la mano un modelo sostenible que ponga en el centro el cuidado de la naturaleza y potencie las oportunidades que surgen de ella; esperamos que este portafolio sea un incentivo de capital y de avance para todos los sectores; sobre todo, para movilizar desarrollo regional y liderazgo global”. Y agrega: “Este portafolio debemos traducirlo en tres monedas: biodiversidad, carbono y divisas fuertes”, definiendo la COP16 como una “Feria de economías” (El Tiempo, 28 septiembre 2024).

Reiteramos que la COP 16 es la mercantilización de la diversidad biológica y cultural de nuestros Pueblos, discrepamos de esta Conferencia y declaramos que estamos en contra de la biopiratería, como apropiación por parte de las corporaciones transnacionales de los beneficios financieros del uso de la información de secuencias digitales sobre recursos genéticos; insumo de la biotecnología farmacéutica, del mercado agroquímico, así como de armas biológicas y patógenos contra las luchas de los pueblos, por parte de las grandes potencias del norte global. Colombia -segundo país más biodiverso de la Tierra- es víctima, como nuestros países del “segundo orden”, del saqueo de la información de sus recursos genéticos, sin ningún beneficio para nuestros Pueblos, pues las grandes corporaciones ya se han apropiado de estos recursos y creado los Bancos de información del ADN con manejo de agendas secretas.

Antecedentes. La acción de nuestra COP Divergente no empieza ni termina hoy. Tiene como antecedentes, entre otros, la más poderosa movilización ambientalista ciudadana existente en Colombia, que es la defensa del agua y del Páramo de Santurbán, que se aúna a la lucha por una política autónoma el agua donde se respete el manejo de las fuentes abastecedoras por las comunidades; la lucha contra la mafia azucarera del valle geográfico del Cauca; la defensa del Macizo Colombiano y de ríos de Colombia como el Magdalena, el Cauca y el Atrato; y de las selvas, como la Amazónica y el Chocó Biogeográfico, en unión indisoluble con sus pobladores, sometidos al etnocidio y al ecocidio.

Dentro de los antecedentes más inmediatos de este proceso, sin duda, ocupa un lugar central la defensa de la Isla Gorgona, para impedir la construcción de obras militares de una Estación Guardacostas, que transgreden la mega biodiversidad de este frágil ecosistema, incluido en la Lista Verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza; obras que lesionan el derecho de exclusiva soberanía de los pueblos ancestrales (sin consulta previa e informada), que podrían conducir a un ecocidio. Logramos el pasado 9 de abril ante el Tribunal de Bogotá, la defensa de estos derechos colectivos, mediante orden judicial de suspensión de la cuestionada licencia ambiental. Exigimos que el Gobierno, sin más trámites, proceda a su revocatoria.

Los derechos animan nuestra acción alternativa. Desde nuestra perspectiva, coincidimos con otros pensamientos en que existe una unión indisoluble de los seres humanos con la naturaleza. La naturaleza es la fuente de los bienes indispensables para la vida. Por esto somos ambientalistas. ¿Puede acaso realizar un pacto de “paz con la naturaleza”, una civilización o una sociedad, carentes de solidaridad, que no respetan la vida humana ni su entorno natural? ¡Una civilización definida por el hambre, la miseria y la destrucción de la naturaleza!

Se ofrece a nuestros Pueblos como redención ambiental el "cambio de la deuda externa por naturaleza" (formulada en 1989 por la Comisión Económica para América Latina, CEPAL). Esta es la principal bandera del Gobierno colombiano frente al norte Global, lo que equivales a decir: “quien contamina paga y quien paga contamina”. Afirmamos que lo esencial son los Pueblos indígenas, afrocolombianos, raizales, Rrom (gitanos) y campesinos, con sus derechos inalienables, individuales, colectivos, territoriales y de autodeterminación. En consecuencia, afirmamos que no hay solución sin los pueblos. Son ellos, protagonistas insustituibles, quienes en primer lugar pueden defender la naturaleza y sus propios derechos contra el colonialismo y el neocolonialismo.

En la cuenca amazónica, estratégica para el equilibrio climático del Planeta, continúa la ofensiva brutal de los terratenientes y ganaderos, de los megaproyectos de transnacionales extractivistas, con la deforestación y la destrucción de la selva, en contravía de los Pueblos originarios. Coincidimos en la defensa de la unidad transfronteriza de todos los Pueblos, para que la exclusiva soberanía popular sea internacionalista.

La seguridad y soberanía alimentarias y nutricionales, deben enmarcarse dentro de las políticas para la sobrevivencia digna de la humanidad, enfocando sus planes, programas y actividades en la mejora continua de las condiciones de existencia dentro del derecho a una vida digna, planes fundados en el derecho de los Pueblos a definir sus propias políticas agrarias, de producción, distribución, consumo; con capacidad de autoabastecer, autónoma y adecuadamente a sus comunidades; las actividades, en la asociatividad campesina y de Pueblos étnicos, deben promover la formación y capacitación permanentes, vinculada y encaminada al desarrollo de la economía solidaria, base fundamental para la construcción del poder popular. Nuestra opción en el desarrollo rural y agrario es la vía campesina y de los pueblos étnicos. Sus economías propias propician la soberanía y seguridad alimentarias en nuestros países.

El contexto nacional e internacional. En el contexto de la nueva revolución tecnológica, energética, del capitalismo, ante el declive, a un plazo determinado, de los combustibles fósiles, las potencias imperialistas y geopolíticas se disputan a dentelladas las zonas de influencia y los recursos naturales del Planeta. Una de las causas del despliegue de grandes fuerzas militares en el Mundo y en América es el control de los “recursos naturales” y sus fuentes, bajo relaciones neocoloniales de extractivismo; que, con la participación de las clases dominantes locales, conduce a la destrucción de la naturaleza y a injusticias sociales que lesionan los derechos de los Pueblos. El gran capital no abandona en la transición energética sus métodos brutales de acumulación y reproducción. No es propósito del capitalismo “salvar el Planeta”, ni cesar su condición depredadora de los seres humanos y de la naturaleza.

Los mares son el medio fundamental, en más de un 90%, de la comunicación, de las relaciones comerciales y militares en el Mundo; por lo cual las rutas y las vías interoceánicas, actuales o potenciales, tienen un lugar privilegiado en la “estrategia marítima” y militar de los EE. UU. En el “Corredor Marino del Pacífico Este Tropical” -que incluye el archipiélago ecuatoriano de las islas Galápagos, Malpelo y Gorgona de Colombia, Coiba de Panamá, Coco de Costa Rica-, el Comando Sur de los EE. UU impulsa un proyecto regional con extensión al Mar Caribe (sobre la región ístmica del Continente); que, en Gorgona, como en todas partes, viola los derechos territoriales de los Pueblos ancestrales, su exclusiva soberanía y conduce al ecocidio. 

Nuestro alineamiento y solidaridad es con todos los Pueblos, como hoy con el Pueblo Palestino sometido a un genocidio. No bastan algunas acciones diplomáticas plausibles, como la ruptura de relaciones con el gobierno de Israel por el genocidio al Pueblo palestino; ni los discursos y declaraciones por la paz. La coherencia es indispensable y Colombia debe salir de la OTAN, de la subordinación al Comando Sur, renunciar a la Fuerza Marítima Combinada que bajo el mando de los EEUU opera hoy en el Oriente Medio y excluir cualquier posibilidad de acuerdo militar con las potencias geopolíticas mundiales.

Ante las preocupantes acechanzas de la ultraderecha orientadas a desestabilizar y ejecutar un plan fascista, estamos del lado de la alternativa gubernamental representada por el Pacto Histórico, sin deponer nuestros planteamientos críticos en especial en materia de políticas ambientales. Defendemos esencialmente el mandato popular expresado en las urnas y exigimos coherencia.

Propósitos inmediatos. Nuestro objetivo inmediato es articular una alianza ciudadana, autónoma del gobierno y sus instituciones. Demandamos a los gobiernos el cumplimiento de sus obligaciones sociales y la garantía efectiva de los derechos de la sociedad civil. Nuestra acción busca articular expresiones organizadas ambientalistas y sociales existentes, para potenciar la defensa de los derechos humanos, los derechos de los pueblos indígenas, afrocolombianos y campesinos y los derechos de la naturaleza. Buscamos construir un proceso para sumar voluntades y poderes ciudadanos, consensuar objetivos y concertar iniciativas de movilización en torno de propuestas que surjan del debate y el consenso, en medio del disenso creador. Proponemos hoy fortalecer un proceso de movilización, de debate y acción. Con una perspectiva de lucha contra los modelos económicos depredadores de la naturaleza y los seres humanos. Un esfuerzo cultural de primer orden debe ser realizado con la infancia y la juventud, para superar los paradigmas dominantes que nos han conducido a la crisis y a la guerra. ¡Nuestra lucha es por la vida y por los derechos!

El presente Manifiesto, tiene como bases iniciales la “Convocatoria” y la “Declaración Previa”, de esta COP Divergente Ambientalista, Ciudadana y Autónoma. Recoge aportes de foros previos y de este evento realizado en Cali, los días 26 y 27 de octubre de 2024, con un conjunto representativo de líderes ambientalistas y sociales.

Organizaciones Convocantes: Indepaz; Poder Negro; Fundaciones: Biodiversidad, Pangea, Multipropaz, y Huella de Agua; EkoInc; Fraternales y Revolucionarias; Corporación Compromiso; Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana, Comité para la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán, Instituto para la Igualdad de Oportunidades, con una asistencia de 120 líderes ambientalistas y sociales reunidos en la Institución Educativa Multipropósitos.


 


24.9.24

ARMANDO PALAU ALDANA
Disertaciones del Crepúsculo
¡En paz o en guerra con la naturaleza!

Armando Palau Aldana, Cali, 23 de septiembre de 2024


La página oficial colombiana de la COP16 dice en su portada: “Al igual que la flor eterna de Inírida, los colombianos hemos aprendido las claves de la resiliencia para alcanzar una paz duradera en los territorios más excluidos del país y en aquellos con mayor riqueza natural. La COP16 no es simplemente una cumbre, es el camino que nos permite movilizarnos a nivel global hacia este propósito común”, los hechos demuestras lo contrario.

Tal como lo advertí en mis Disertaciones, se anunció por las ministras de ambiente y agricultura el reconocimiento de Zonas de Reserva Campesina dentro de Reservas Forestales Nacionales, so pretexto de reconocer el papel del campesinado en la protección de la biodiversidad, para desarrollar una política de agroecología y hacer sistemas de producción y consumo de alimentos, que implica remoción de bosques de reserva.

Los campesinos no se alimentan con la madera de los bosques, por ello la iniciativa ministerial es un atentado contra la biodiversidad y aleve ataque a la naturaleza, en el marco de cambio del gobierno nacional a la política agraria en Colombia reconociendo formalmente las zonas de reservas campesinas dentro de áreas protegidas contra la deforestación, consumando el punible de “Daños en los recursos naturales y ecocidio”.

No se trata de una mera opinión, el Ecocidio está consagrado desde el 2021 en el Código Penal como el punible de destrucción, inutilización, desaparición o causación de impacto ambiental grave o daño a los recursos naturales, siendo pertinente acudir a la Fiscal General para que aborde e inaugure la Unidad Nacional de Fiscalías de Delitos contra los Recursos Naturales y Medio Ambiente, con poquísimos registros judiciales.

De todos modos la Ley 2111 que penaliza la deforestación, contiene patente de corso al tipificarla para quien incumpliendo la normatividad existente tale, queme, corte, arranque o destruya áreas iguales o superiores a una hectárea continua o discontinua de bosque natural, es decir, aquellas deforestaciones menores a 10 mil metros cuadrados están exentas del hecho punible. ¡Así legislan nuestros congresistas!

Una crítica sin propuesta es como un callejón sin salida, por ello debe retomarse la Sentencia SU-288 de agosto de 2022 de la Corte Constitucional, que justipreció que mediante ilegales procesos de prescripción de baldíos se ha facilitado el despojo, la excesiva concentración de la propiedad rural y la apropiación indebida, afectando los derechos de acceso a la tierra del campesinado especialmente mujeres.

La Corte precisó como abrebocas al nuevo gobierno, que los pequeños y medianos campesinos son mayoría en el sector rural, pero tienen en su poder la menor cantidad de tierra, pues solo el 18% de la tierra de propiedad privada inscrita en el catastro es del 75% de propietarios que tienen en su poder microfundios, minifundios y pequeña propiedad, corroborando la privatización de alrededor de 1 millón de hectáreas.

Es en estos predios usurpados en donde se engrosa la ganadería, que deben recuperarse para las Zonas de Reserva Campesina, en donde en vez de pastizales deben levantarse cultivos para la seguridad y soberanía alimentaria de nuestro campesinado como gestión hacia la paz y no el atentado contra la biodiversidad que envuelven las reservas forestales nacionales y regionales, en guerra secundada desde los ministerios.

No puede el gobierno arrojar a nuestros campesinos a ser sujetos de delitos contra los recursos naturales incrementado la violencia del desplazamiento, para que luego su niñez pregunte donde está ladrillo: “Allá en la Penitenciaria / Ladrillo llora su pena, / cumpliendo injusta condena / aunque mató en buena ley. / Los jueces lo condenaron / sin comprender que Ladrillo / fue siempre bueno y sencillo, / trabajador como un buey”, tanto que compusieron Caruso y Filiberto en 1926.