29 de mayo de 2023. Por Gonzalo Concha. Siendo de fundamental importancia que la política conozca a ciencia cierta y se comprometa tanto en sus campañas como en sus administraciones con seguir avanzando y mejorando en la educación pública desde todas sus realidades, perspectivas y niveles; también es muy preocupante observar el interés mediático de la politiquería por aparecer ahora en los distintos medios de comunicación abrazando a los estudiantes, compartiendo el recreo, sentados en sus pupitres, así como repartiendo el PAE y comiendo con una misma cuchara.
Pues bien, para quienes conocemos un poco de las realidades de nuestra educación, no deja de sorprendernos las personas que habiendo ocupado cargos públicos – algunas en varias oportunidades – hoy critican lo que en su momento nunca les preocupó ni ocupó por atender y mejorar, tanto en calidad, logística, planta física, seguridad como en servicios básicos – entre otros- realidades que hoy vienen enfrentado maestros y estudiantes.
A pesar del significativo presupuesto nacional para educación, la lista de todos los pendientes sigue siendo larga y preocupante, puesto que para nadie es un secreto de la fundamental importancia que para el desarrollo y prosperidad de una comunidad tiene una educación de alta calidad, que sea oportuna, pertinente e incluyente.
Después de un (1) año de la pandemia, no son pocas las instituciones educativas que todavía no han logrado volver a retomar su ritmo habitual, por el deterioro causado por el cierre de escuelas durante casi dos (2) años, enfrentando la intemperie, así como al vandalismo; al punto que al regresar fue la falta de servicios públicos, equipos y mobiliario, así como la inseguridad de techos y paredes, la nueva amenaza.
Vergonzosamente por estas épocas cuando se aceitan las campañas políticas, encontramos a muchos candidatos rasgándose las vestiduras, por realidades escolares que fácilmente han podido solucionar cuando estuvieron frente al manejo de sus recursos y destinación, así como también observamos a muchos primíparos que, sobre este tema, poco o nada está en sus agendas.
Si bien la salud no es simplemente la ausencia de enfermedad, es por lo que es tan importante la calidad, cantidad y cumplimiento de la alimentación escolar PAE; el agua, que no siendo potable, la deben consumir estudiantes y maestros en muchas escuelas; la amenazante inseguridad generalizada para los niños durante su camino a la escuela, por ausencia de un transporte colectivo supervisado; la atención integral a los niños migrantes; una atención con calidad en tiempo y modo del sistema de salud para los maestros; ausencia de un espacio adecuado para la atención de emergencias, botiquín y personal profesional para su manejo; en fin, asuntos de fundamental importancia que no están siendo atendidos como se debería, por lo que muchos padres de familia – que ya la vienen pasando muy mal – y organizaciones voluntarias, han tenido que acompañar de alguna manera estas duras realidades.
Colombia seguirá cambiando, si la educación sigue cambiando; la educación en seguirá cambiando, si todos participamos del cambio.
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