31 diciembre 2022. Por Armando Palau Aldana. El poeta Antonio Machado, popularizado por el gran cantor Joan Manuel Serrat, escribió “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Para poder recorrer los senderos o abrirlos sobre la faz de la madre tierra, se requiere cuidarla. ¿Se imaginan que se permita a los consumidores de cigarrillos (normales o eléctricos) fumar dentro de un avión en vuelo? La respuesta la anticipó el agitador político José María Vargas Vila cuando definió un cigarrillo así: ¡Un envoltorio de papel con tabaco picado adentro, lumbre en un extremo y un idiota en el otro!
El sendero que hemos escogido con convicción y con todas sus encrucijadas, es la vehemente defensa del entorno y su oferta de recursos naturales como derecho colectivo supra mayor que nos asiste. El mayor obstáculo al que nos enfrentamos es la indiferencia de la gente, aquella a la que se refirió Martin Luther King. El otro muro que enfrentamos es la perversa y corrupta gestión estatal promovida por la educación que reproduce el culto al individualismo y a la propiedad privada. Precisamente Pink Floyd cantó en su famosa canción: “No al sarcasmo oscuro en la clase, profesores dejad a los niños en paz. ¡Hey! ¡Profesores! ¡Dejad a los niños en paz! A fin de cuentas, es sólo otro ladrillo en la pared”.
En este periplo de transición gubernamental, en la que para sacar avante las mayorías legislativas que aprueban las nuevas leyes, se requieren las obligadas alianzas con los sectores de la política electoral tradicional, permitiendo que se prolongue el espectro de la corrupción, censurado por Bolívar hace casi dos siglos, cuando decretó la pena de muerte para todos los funcionarios públicos que malversaran o tomaran para sí fondos de la nación.
De tal suerte, que la socarronería gravita en los entes gubernamentales a pesar de que sus directivas estén aparentemente comprometidas con el cambio de las costumbres gubernamentales que carcomen a nuestra atribulada patria desde hace más de 200 años, los mandos medios que se valen de grupos de contratistas que dan fe de las cuotas burocráticas, son quienes más entorpecen una gestión ambiental que garantice los mandatos constitucionales de protección de las riquezas naturales de la Nación, así como la obligación estatal de proteger la diversidad e integridad del ambiente, y conservar las áreas de especial importancia ecológica.
Uno de estos renglones en la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, donde funcionarios de segundo nivel y sus contratistas, probablemente atornillados desde pasadas administraciones, se han tomado 22 días para negar el ejercicio de la soberanía popular para participar en la toma de decisiones que puedan afectar los recursos naturales, tal como lo ordena desde hace 30 años nuestra Carta Fundamental. Son sectores que, por fuera del término legal para resolver las peticiones, exponen razones de bolsillo en culto al Santanderismo como una expresión anquilosada del viejo país, distinta de la mirada emancipadora del Bolivarianismo, la que Petro juró cumplir.
Para negarnos al Círculo de Pensamiento Ambiental la celebración de audiencia pública ambiental con suspensión previa de la licencia de construcción de la Estación de Guardacostas, el Grupo Atención Ciudadana ANLA, manifestó que no identificó con claridad y precisión los elementos facticos que lleven a determinar la “manifiesta violación de los requisitos, términos, condiciones y obligaciones bajo los cuales se otorgó la licencia ambiental”. Ah mentira tan grande que solo emerge de la socarronería.
Sustentamos que el Código de los Recursos Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente (artículo 331), prescribe que las únicas actividades permitidas en el Sistema de Parques Nacionales son: conservación, recuperación y control, investigación, educación, recreación y cultura. Además, al aprobar el Plan de Compensación por pérdida de Biodiversidad ANLA a la Armada Nacional, transgredió el Decreto 2372 de 2010 y la Resolución 1257 de 2012 expedida por el Ministerio de Ambiente, que estableció como áreas de exclusión de compensación los Parques Nacionales Naturales. Más claro no canta un gallo.
Además, la Corte Constitucional justipreció que la calidad de inalienables de los parques naturales debe entenderse, en armonía con que las áreas o zonas que los integran no pueden ser objeto de sustracción o cambio de destinación.
La documentación que solicitamos, como el Informe Técnico 212 de 2021 y el Acta 16 de la Reunión del 17 de febrero de 2021 entre ANLA y Ministerio de Defensa Nacional, evidencian los incumplimientos de 11 obligaciones ambientales por parte de la Armada Nacional, entre ellas, paso entablado hacia el cerro La Trinidad a ras de piso que interrumpe el desplazamiento seguro de la fauna silvestre, así como la ausencia de estudio de factibilidad del campo de infiltración de vertimientos de la Estación Guardacostas.
Ahora hemos acudido en impugnación ante el Director de ANLA, quien en nombre del gobierno nacional y sin poder delegar en sus subalternos deberá resolver si ratifica la socarrona negación o garantiza el ejercicio de la soberanía popular mediante la audiencia para discutir las transgresiones a nuestro ordenamiento ambiental, con la iniciada construcción de la obra militar en el Parque Nacional Natural Gorgona, la Isla Ciencia. Ojalá resuelva en el menor tiempo posible (1 semana a lo sumo) y no en los dos meses que le otorga la ley, porque tomarse todo ese plazo sería sin duda la ratificación de la socarronería en tiempos del Pacto Histórico.
La característica de los corruptos socarrones es que no trabajan porque aparentan hacerlo y tienen desvencijado el vestido de la moralidad administrativa, robando al erario con su improductividad, negación y tergiversación del Estado Social de Derecho. Buena parte de la sociedad les hace eco, estableciendo como prioridad sus gustos y placeres bajo la codicia del dinero, celebrando por los lados y con la mayor socarronería las luchas ambientalistas. Mientras tanto sigue peligrando el transecto de las míticas ballenas jorobadas Yubarta, las cuales han permitido estudiarlas al ingeniero Reynols sobre los marcapasos modernos, favoreciendo a 80 millones de usuarios en todo el mundo. En sus consejos dijo Don Quijote: “No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado, si ya la descompostura y flojedad no cae debajo de socarronería, como se juzgó en la de Julio César”.
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