Cali, 4 de agosto de 2024. Por Armando Palau Aldana. Hace casi 3 décadas (1995) el Vicepresidente del Banco Mundial afirmó “Si las guerras del siglo XX se lucharon por el petróleo, las guerras del próximo siglo serán por el agua”. El año pasado las Naciones Unidas advirtieron que 2 mil millones de personas en el mundo carecen de acceso a agua potable, es decir, la cuarta parte de la población mundial; mientras que en Colombia, el 11% de los hogares no tiene acceso al servicio de acueducto.
Por el fenómeno del Niño, durante el primer trimestre de 2024 se presentó desabastecimiento de agua en 277 municipios colombianos (Mongabay), para esa misma época informó la Contraloría General de la República que un poco más del 25% de la población carece de acceso adecuado al agua potable en uno de los países con mayor riqueza hídrica. Esta crisis es una muestra de que las cosas se han estado haciendo incorrectamente.
Sin embargo, con esa capacidad de mutación amebiana que tiene la dirigencia politiquera de nuestra matria, ahora hablan a boca llena de la gestión del agua. La semana pasada el Presidente del Concejo de Cali organizó un foro por el líquido vital, todo un espectáculo donde debutaron especuladores gubernamentales y empresariales con la fluidez de la demagogia y las mentiras, para promover otra corrupta obra gris.
Neruda escribió “la selva es una sola raíz bajo la tierra” y casi todas las cosas tienen un hilo conductor. Cuanto tiempo llevan especulando los gobiernos nacional y regional sobre la crisis de los ríos Cauca y Magdalena. En el evento del Concejo que no fue foro sino panel, se dijo una falacia “la macrocuenca Cauca Magdalena”. ¿Acaso el Cauca que no drena al mar Caribe, no tributa en la Cuenca Magdalena en el Brazo de Loba?
En junio de 2019 el Tribunal Superior de Medellín, sentenció tutela de segunda instancia, promovida por uno de los hijos de la Negra Piedad Córdoba contra la Presidencia, Ministerio de Ambiente, Autoridad de Licencias Ambientales, varias gobernaciones y municipios, CARs, e Hidro Ituango. Por esas calendas desde la Fundación Biodiversidad hicimos lo mismo ante el conservador Tribunal de Antioquia. El Tribunal de Medellín reconoció al río Cauca como sujeto de derecho a su conservación.
Esta providencia reconoció a las generaciones futuras como sujetos de derecho amparándoles la dignidad, el agua, la seguridad alimentaria y un ambiente sano. Ordenó la conformación de una Comisión de Guardianes del río Cauca, integrada por voceros de las comunidades asistentes a la audiencia de vigilancia preventiva de Hidro Ituango (febrero 2019), realizada en la Universidad de Antioquia, y vocero del gobierno nacional.
Se determinó formar equipo asesor con el Instituto Humboldt, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Corantioquia, cualquier entidad pública o privada, Universidades, Centros Académicos de investigación en recursos naturales, y organizaciones ambientales, comunitarias y de la sociedad civil que deseen vincularse al proyecto de protección. En febrero pasado Comunidades paisas exigieron cumplir los derechos del río Cauca.
El venidero 13 de agosto, en el Instituto Mayor Campesino se realizará el Encuentro Nacional de Beneficiarios del Río Cauca y su Cuenca, el que inexplicablemente será instalado por la cuestionada Gobernadora del Valle del Cauca, la alcaldesa de Buga, y la Secretaria Técnica del Colectivo Río Cauca (veterana burócrata gubernamental ambiental y esposa del Director de la CVC), un aparato creado para usurpar la vocería de la cuenca alta.
Nuestro río Cauca recorre 183 municipios de Cauca, Valle del Cauca, Risaralda, Caldas, Antioquia, Sucre y Bolívar, siendo el segundo río tutelar de Colombia, contaminado por la industria establecida en el Norte del Cauca y los cañaduzales del valle geográfico que ocupan 280 de sus 400 mil hectáreas y drenan agroquímicos y glifosato desde los 13 ingenios azucareros de Asocaña, que al quemarlos esterilizan sus suelos.
Una legión de ambientalistas conformada con Antonio González y Luis Carlos Marmolejo recorrimos este fin de semana las tierras de Andalucía y Buga, para reunirnos con campesinos y pescadores artesanales de la Laguna de Sonso, asumiendo el deber de acompañarlos y empoderarlos en la indeclinable tarea de proteger a nuestro río tutelar, reivindicando el precoz Humedal La Negra Orejona drenado por Carmelita y Pichichi.
Desde nuestra legión vamos cantando Mano a Mano al río Cauca, el tango de Gardel y Razzano (1923): “Rechiflado en mi tristeza, te evoco y veo que has sido / en mi pobre vida paria sólo una buena mujer. / Tu presencia de bacana puso calor en mi nido, / fuiste buena, consecuente, y yo sé que me has querido / como no quisiste a nadie, como no podrás querer. / Y mañana, cuando seas descolado mueble viejo / y no tengas esperanzas en tu pobre corazón, / si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo, / acordate de este amigo que ha de jugarse el pellejo / pa'ayudarte en lo que pueda cuando llegue la ocasión".
Cali, 4 de agosto de 2024.
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