Este ejercicio se nutre de la creatividad del disenso como formador del pensamiento, porque no es en el consenso en el que se construyen las nuevas ideas, es decir, no corresponde a un ejercicio democrático donde las “mayorías” las confeccionan, por lo que la adulación como expresión de las colectividades castra las infinitas posibilidades del sapiens, mientras un puñado de emociones confeccionamos y concitamos rebeldías desde la inconformidad y la crítica.
En esta dinámica, hagamos un razonamiento comparativo y deductivo para esclarecer los alcances y propósitos del anuncio que el gobierno nacional hizo esta semana que fenece, sobre la agenda de la Conferencia de los países parte de la Convención sobre diversidad biológica, COP16, en particular, el meollo de dos zonas: azul y verde, que constituyen la dinámica organizacional de este evento que inició con la Convención sobre Biodiversidad de Río de Janeiro (junio, 1992).
En el Centro de Eventos Valle del Pacífico, moderno bunker que se militarizará durante los 12 días de la COP16, funcionará la zona azul como punto neural del enclave de las negociaciones sobre biodiversidad y sostenibilidad por los países miembros, organizaciones intergubernamentales y transnacionales. Sumo de biotecnología farmacéutica, mercado agroquímico, armas biológicas y patógenos, para promover terrorismo y contrainsurgencia con la falacia de paz y democracia.
La zona verde en Bulevar del río Cali, se dice será un espacio para fomentar la participación de sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y sector privado, interesados en “protección y conservación de la biodiversidad”, intercambio de conocimientos y experiencias, inspirar acciones para conservación, e intervención ciudadana en la toma de decisiones ambientales, mientras que la Ley 99 de 1993 niega este carácter de instancias de deliberación y disposición.
¿Cuál es la conclusión de la confrontación entre estas premisas? La verde es una zona que nos rememora al Coliseo Romano donde se dispensaba pan y circo para la plebe, como mercado para al tráfico de ilusiones y de ingenuidades, una farándula de espejitos luminosos que el gobierno nacional promueve en espacios de las comunidades citadinas y rurales, indígenas, afrodescendientes y campesinas; demagogia populista para enfrentar el golpe blando de la derecha.
Como en El Pesa Nervios (1925) de Artaud: “En esta época somos sólo algunos los empecinados en atentar contra las cosas, en crear espacios para la vida en nosotros, espacios que no había ni parecía que tenían que encontrar lugar en el espacio”, desde la divergencia convocamos a la Cumbre Ambientalista Ciudadana y Autónoma con los compas de: Escuelas Populares Ambientales, Niwi Zak, Poder Negro, Salvemos Gorgona, Indepaz, Acolsam, Pangea, Derecho y Política Ambiental, Magna y Red Juvenil de la Amazonía, y quienes deseen sumarse.
Será epicentro del análisis, las deliberaciones y la crítica, durante tres días de conversatorios versus los 12 días de negocios del Establishment, en los que cantaremos a nuestra Pachamama El día que me quieras: “Acaricia mi ensueño / el suave murmullo de tu suspirar, / ¡como ríe la vida / si tus ojos negros me quieren mirar! / Y si es mío el amparo / de tu risa leve que es como un cantar, / ella aquieta mi herida, / ¡todo, todo se olvida..!”, como lo hizo Carlitos Gardel en 1935.
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