“En el caso de la moral la consolidación de los valores y de todo el andamiaje de valores de lo prohibido de lo reprochable así como de lo encomiable en el uso y aquilatamiento de la cultura se convierte en un presupuesto para la vida en un faro que orienta el accionar de las personas en su cotidianeidad, que regula su conciencia, en un presupuesto para el interactuar social”.
Instituto de Educación y Pedagogía – Julián Palau Aldana (r.i.p.)
La actual administración municipal, ha emprendido la tarea de elaborar un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial para Cali, aunque lo denomine de revisión y ajuste del POT actual, que rige desde diciembre de 2000 con un horizonte para diez años, planea un nuevo articulado sin que tenga una exposición de motivos de la que se desprendan los resultados e indicadores de un eventual análisis, no obstante que la Procuraduría Delegada para Entidades Territoriales, haya precisado que solo la revisión del plan por vencimiento de la vigencia de largo plazo, se podrá realizar un replanteamiento del contenido estratégicoii.
Una de las preguntas que debemos formularnos para abordar este proyecto de acuerdo municipal, se refiere a identificar cual es el criterio urbanizador de la administración del médico Guerrero Velasco en su visión del territorio, para resolver un déficit habitacional de más de ciento treinta mil viviendas, tomando como referencia la existencia de ciento veinte mil asentamientos de desarrollo incompleto: ¿densificación o expansión? ¡Lo cual se torna en un dilema de ciudad!
Para tal cuestionamiento, observemos lo planteado por varias de las normas del proyecto, a saber: se reconoce como base la oferta ambiental con énfasis en sus cuencas y se orienta hacia la consolidación de un modelo denso y policéntrico, precisando como lineamientos la densificación y la redensificacióniii.
Posteriormente se traza una política de sostenibilidad ambiental y conservación ecológica, que reconoce el medio natural como la base del ordenamiento, fomentando la conservación y restauración de los ecosistemas estratégicos, propendiendo por la sostenibilidad, fijando como objetivo general, el fomento de la consolidación de la ciudad de manera más compacta, para la sostenibilidad y calidad ambiental del territorio. Posteriormente, se insiste en dicha consolidación, a través de la renovación y redensificación urbana, con el mejoramiento integral de los barrios, proponiendo como política de hábitat y uso racional del suelo, adelantar las acciones urbanísticas que integren la oferta de vivienda a la movilidadiv.
Sin embargo, esta secuencia lógica de densificación se rompe, al establecer la como objetivos, la ocupación racional del suelo de desarrollo, especialmente la áreas de expansión, previendo las infraestructuras necesarias, determinando como estrategia de esa política, el desarrollo de Ecociudad Navarro como una alternativa de planificación sostenible destinada a vivienda, habilitando el suelo mediante la priorización de la inversión pública y la simplificación de la normatividad urbanística, promoviendo usos mixtos de bajo impactov.
En tal sentido, se fija como área provisional de aislamiento del relleno sanitario de Navarro, una franja de dos kilómetros, hasta tanto se realicen los estudios por parte del Departamento Administrativo de Medio Ambiente de Cali, determinando que el área de amortiguamiento se establecerá por parte de las autoridades ambientales, tres años después de la clausura y sellado, de dicho sitio de disposición final de residuos sólidosvi.
En este orden de referencias normativas, se puede dilucidar la pregunta que nos hemos propuesto, para responder que el verdadero propósito de la actual administración, es sin duda el agrandamiento del perímetro urbano, además de Navarro con mil cuatrocientas hectáreas, en el corredor Cali-Jamundí con mil seiscientas hectáreas, para beneficio de unos pocos terratenientes que borden la ciudad, en zonas que se discute son propiedades de la municipalidad por estar en las imprescriptibles zonas ejidales destinadas a satisfacer las viviendas para familias pobres y menesterosas, como lo logró Alfonso Barberena en su actividad legislativa en nombre del Movimiento Revolucionario Liberal a mediados del siglo pasado.
La propuesta de Ecociudad Navarro, es sencillamente un despropósito, en primer término porque no se desarrollo ahí un relleno sanitario, sino un vertedero a cielo abierto, medianamente controlado, establecido desde la década de los años sesenta con ocasión del material importado que se sacó para revestir el Jarillón del Río Cauca, con tres depósitos técnicos sobre el suelo adyacente, todos sobre la madrevieja de dicho río tutelar del occidente colombiano, que drena dos piscinas olímpicas de lixiviados aguas arriba de la bocatoma de Puerto Mallarino que entrega agua potable a más de dos millones de habitantes. En segundo término, porque lo probó un estudio recientevii, que corrobora estudios en Inglaterra y Estados Unidos de Palmer (2005), Dummer (2003) y P.Elliott (2001), los niños de los barrios El Morichal, Ciudad Córdoba, El Caney el corregimiento de Navarro, crecen menos que los demás caleños, siendo el agua contaminada con lixiviados, la causa más probable de malformaciones congénitas, además del padecimiento de enfermedades respiratorias, al igual que los adultos mayores de cincuenta años propensos a dificultades pulmonares. No hay entonces ninguna propuesta de sostenibilidad ambiental para Cali en ese nuevo POT.
i Abogado ambientalista, director de la Fundación Biodiversidad (1991) y Consejero de Planeación de Cali (2008 a 2015).
ii Oficio 7224 del 14 de septiembre de 2013.
iii Proyecto de Acuerdo, artículos 4 y 5.
iv Ibídem, artículos 9, 10 y 14.
v Ibídem, artículo 23.
vi Ibídem, artículo 159.
vii Investigación Grupo de Epidemiología y Salud Poblacional de Universidad del Valle. El País, 20 Septiembre 2006, Sección B Cali.
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