. Gonzalo Concha, Cali, 12 diciembre 2024
Ver para creer; pareciera ser la consigna, de los habitantes cerca del mar, que por el planeta entero se resisten a reubicarse, a pesar de las reiteradas alertas tempranas que vienen sonando por los cuatro puntos cardinales.
Desde luego que no es nada fácil para pobladores y gobiernos, encontrar prontas soluciones integrales y pertinentes que se ajusten a las realidades y a los presupuestos; pero nos enfrentamos a una situación que no da espera.
Si la subida del nivel de las aguas, por el calentamiento global, es muy preocupante; es mucho más preocupante, el interés político – económico, de los líderes de los países más contaminantes; puesto que así la solución sigue estando más lejos, mientras el mar nos está empujando la puerta.
Ahora, lamentablemente encontramos que mientras las aguas siguen creciendo; la reubicación por estas afectaciones está generando todo tipo de ilegales maniobras y es por lo que, al día siguiente, en el área liberada ya hay un nuevo asentamiento, reclamando los mismos derechos para su reubicación. Caso puntual y cercano, en la construcción de Jarillón del Rio Cauca, para protegernos de un desastre por desbordamiento.
Lamentablemente para contrarrestar el calentamiento global, encontramos países, que a destiempo y con costos sociales muy altos, están negados a todo tipo de exploración, explotación de hidrocarburos sin alternativas equivalentes; mientras otros, contra viento y marea, siguen adelante con la explotación de combustibles fósiles, desalentando el desarrollo y generación de las energías alternativas.
Si a tan desolador panorama le sumamos las teorías chamánicas y esotéricas, que como dogma niegan el cambio climático, como el responsable de estas inusuales y catastróficas alteraciones atmosféricas y climatológicas; más lejos encontraremos puntos de encuentro donde todos sumemos en una misma dirección.
Finalmente, para quienes piensan que viven muy lejos del mar y que nada pueden hacer para que esto mejore; les podemos recomendar: que dejemos de preocuparnos y nos ocupemos, con acciones sencillas y elementales como dar un manejo responsable y adecuado todos nuestros residuos sólidos y en particular a nuestros residuos líquidos, cargados de todo tipo de químicos, que regularmente soltamos por nuestros desagües; puesto que estos son la puerta de entrada al mar.
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