lunes, 27 de mayo de 2024

Se quiebra el balance fiscal



27 de mayo de 2024. Por Eduardo Sarmiento (© Tomado de El Espectador). Por factores estructurales que vienen de atrás la economía pasó a un estado de oferta, inversión mayor que el ahorro, y se enfrenta con el modelo de Solow de ahorro igual que la inversión.


Se parte de una economía idealizada de mercado, en la cual se cumple la ley de Say y la curva de Phillips. La oferta agregada es igual que la demanda agregada. La producción y la inflación van en la misma dirección. El desajuste se enfrenta con un modelo de equilibrio que eleva la tasa de interés, revalúa el tipo de cambio y baja la tasa de ahorro. Se entra en un círculo vicioso, en el cual la producción y la tasa de ahorro descienden y se refuerzan, y terminan en colapso. Lo que se requería era un modelo de desequilibrio que redujera la tasa de interés, devaluara la moneda y así elevara la tasa de ahorro. En su lugar, la economía quedó abocada a una elevación de la tasa de interés y revaluación de la moneda, y baja de la tasa de ahorro. Luego, en razón de la alta complementariedad, la baja sustitución entre capital y trabajo, se precipitó una fuerte contracción del empleo. Se quebró la igualdad entre la oferta y la demanda, la primera determinada por el empleo y la tasa de ahorro, y la segunda por la inversión, y la suma de los déficits fiscal y en cuenta corriente. En otros términos, se configuró un estado de ahorro inferior a la inversión que no puede enfrentarse con los instrumentos de mercado, cómo subir la tasa de interés y revaluar el tipo de cambio. Solo se puede realizar con la intervención del Banco de la República bajando la tasa de interés real y contrayendo el crédito real.


En términos simples, teníamos una economía de oferta, que como lo dice su nombre, la oferta es menor que la demanda, el ahorro es menor que la inversión, con un modelo, como es el de Solow, de ahorro igual a la inversión. Lo que se requería era un modelo no basado en Solow, sino en los hechos factuales que mostraban que la tasa de interés subía, el tipo de cambio se revaluaba y la tasa de ahorro descendía.


Como no se hizo, la economía quedó asediada por un cuantioso déficit fiscal y en cuenta corriente, y la reducción del ahorro que quebró la igualdad entre la oferta y la demanda agregada, y entre el ahorro y la inversión. No hay otra opción que intervenir el mercado cambiario para devaluar la moneda o configurar un exceso de demanda sobre la oferta de dinero. De otra manera, la economía se vería abocada a una reducción de la tasa de ahorro que deprime la producción y el empleo.


La verdad es que por factores que vienen de atrás la economía quedó asediada por el estado de ahorro inferior a la inversión, que no es sostenible. La economía se deteriora a todos los niveles y se dirige a un estado de difícil retorno. La solución es un modelo de desequilibrio que aumente el ahorro por encima de la inversión, en contravía del mercado y de la ortodoxia que se niegan a reconocer que el ahorro debe mayor que la inversión.


La falla está en presumir que el ahorro y el empleo no afectan la producción en razón de alta sustitución de trabajo y capital, que es controvertida por la evidencia del último siglo.


Los resultados y desaciertos macroeconómicos ocasionan la reducción de la tasa de ahorro. Así, el manejo macroeconómico fiscal y de balanza de pagos da lugar a una suma de los déficits que supera la regla fiscal y los límites internacionales de prudencia.


En este punto es muy difícil que el Gobierno pueda realizar los programas sociales. En un principio se esperaba que el ajuste macroeconómico redujera el déficit fiscal y así ampliara el margen para incrementar las reformas sociales. En este momento, las condiciones macroeconómicas constituyen una seria restricción para su realización, en particular el de la salud, y en menor grado el sistema pensional.


La información macroeconómica revela el quiebre entre la oferta determinada y representada por las fuerzas productivas y la demanda representada por el comercio y los servicios. La oferta tiende a ser sobrestimada por los procedimientos de cálculo que la asemejan a la demanda. Así mismo, la demanda está sobrestimada por la reducción de las exportaciones y las importaciones.


Los cálculos de oferta y demanda no coinciden. El ahorro es menor que la inversión, la oferta es menor que la demanda. La solución es el modelo que baje la tasa de interés real, devalúe la moneda, y así eleve la tasa de ahorro.

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