1° de enero de 2024. Por Armando Palau Aldana. Este Año Nuevo tiene la particularidad de ser bisiesto, cumplen años los nacidos el 29 de febrero, por tanto, es una anualidad más larga que las comunes, sin dejar de exhibir nuestro culto al Sol, el astro rey alrededor del cual gira nuestra nave cósmica desde los tiempos remotos, y que como el Año Viejo que escribió y cantó Tony Camargo en 1953: nos dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra. Ay, qué bueno pa' bailar. Mira, mulata, ay, qué rico pa' cantar!
El gobierno nacional nos dejó un amargo sabor, la ratificación por parte de la hablantinosa Ministra de Ambiente y por el lánguido Director de Licencias Ambientales, del permiso a la Armada para construir una Base Militar en el Parque Natural Gorgona lesionando su frágil biodiversidad, y la autorización a Cementos Argos para excavar los suelos de Mulaló y horadar las aguas subterráneas que surten los pozos y aljibes de sus comunidades campesinas.
La crisis de la justicia se acentuó en todos los niveles, desde los jueces municipales hasta los magistrados de las altas cortes, contribuyendo a la desigualdad, la corrupción, la pobreza y la delincuencia, violando la exclusiva soberanía popular y el fin estatal de servir a la comunidad, promover el bienestar general, garantizar la efectividad de los principios y derechos consagrados en la Constitución; y facilitar la participación de todos en la toma de decisiones.
En Cali, tuvimos que soportar la administración de un loco con delirio de grandeza, que toda inversión social siempre le salió hasta por el doble de lo presupuestado; un responsable de la represión del estallido social por parte de los agentes policiales; un pirómano de las posibilidades de cambio y un embustero de ilusiones que entrega la Sucursal del Cielo sin fondos financieros, a cuenta del embargo de sus cuentas bancarias por parte de la Contraloría General.
El alcalde entrante ha anunciado la entrega del Libro Blanco para finales de enero, un documento informativo con un análisis de fondo sobre el estado en que recibe la administración de Cali, sus programas, sus ejecutorias y sus endeudamientos, para romper ese sofisma de administrar sin espejo retrovisor y brindar los elementos necesarios para que la justicia se materialice y se aplique con todo el rigor posible a Ospina. No es discusión de izquierda o derecha.
Establezcamos el reto de seguir enfrentando el oscuro establecimiento con convicción y con el propio ejemplo, franqueza, honestidad y estoicismo. Rompamos la dependencia con la obsolescencia programada, seamos respetuosos de la madre tierra y los seres vivos, usemos racionalmente el agua, cuidemos nuestra salud mejorando la nutrición, practiquemos un deporte y liberémonos de las redes sociales con que nos manipulan, construyamos nuestro propio criterio.
Para quienes empatan pecando y rezando a la vez, comparto del panteísta filósofo holandés Baruch Spinoza, que equiparó a Dios con la naturaleza que englobaría la totalidad de la realidad: “Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti. ¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas”.
Este bisiesto año nuevo, cantemos hasta embriagarnos de alegría con Goyeneche y Piazzolla la Balada para un loco (1969): “¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! / Cuando anochezca en tu porteña soledad, / por la ribera de tu sábana vendré / con un poema y un trombón / a desvelarte el corazón. / ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! / Como un acróbata demente saltaré, / sobre el abismo de tu escote hasta sentir / que enloquecí tu corazón de libertad... ¡Ya vas a ver!
Cali, 1° de enero de 2024.
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