18 de junio de 2023. Por Armando Palau Aldana. En esta semana que está culminando se realizó en Bogotá la VIII versión de la Feria Internacional del Medio Ambiente, un evento organizado por el Ministerio de Ambiente, la Corporación Ambiental Empresarial de la Cámara de Comercio de Bogotá (que busca transformar la gestión ambiental empresarial como herramienta para la competitividad) y Corferias, copatrocinado por Ecopetrol y como medio aliado El Espectador. Tuve la oportunidad de estar con mi esposa, pues teníamos grandes expectativas de un evento en tiempos del gobierno "Colombia Potencia Mundial de la Vida", llegando a la triste conclusión de la precariedad del evento y su débil convocatoria. La Feria Ambiental solo ocupo un pabellón de Corferias y en los cinco pequeños auditorios alternos como en el principal, las preguntas a los ponentes en los paneles solo las hacia el o la moderadora, es decir que no hubo foro alguno, lo cual corrobora que no hay gobernanza ambiental sino una pobre gestión incrustada desde el poder gubernamental.
En paneles como los relacionados con el cambio climático y deforestación o la contaminación de los mares por plásticos, se vociferó sobre escenarios inexistentes, pues mientras la Federación de Ganaderos en Colombia siga ocupando 38 de las 42 millones de hectáreas cultivadas en nuestro terruño para el levante de 25 millones de cabezas de ganado (que se exporta en medio de cocaína) o el Cartel del Petróleo siga contaminando las Profundidades de Poseidón, lo demás será puro cuento pues del dicho al hecho hay mucho trecho. Fue otro escenario para el enverdecimiento de los contaminadores.
La Ministra Muhamad al clausurar el evento reconoció ocasiones de soledad del Ministerio de Ambiente, pero dijo como paliativo que se había formado una gran red con quienes asistieron a una feria, mientras que la realidad nos mostró que apenas llego la tercera parte de las Corporaciones Autónomas Regionales, no asistieron tampoco las autoridades ambientales de los grandes centros urbanos (excepción de Bogotá), es decir, la Ministra Susana no ha logrado articular el Sistema Nacional Ambiental, una herramienta desde la cual puede lograrse la conjugación con las comunidades y organizaciones de la sociedad civil para materializar la soberanía popular y su injerencia en la gestión ambiental como en el control social ciudadano del mismo.
Un esfuerzo de semejante tamaño, aunque haya sido relativamente pequeño, no puede ser desaprovechado por agentes y voceros del Presidente Petro que ha posicionado su imagen como interlocutor mundial de un discurso ambiental, es menester que aquellos reconozcan que durante estos diez meses o trescientos días, sus indicadores de gestión son bastante precarios porque ya se recorrió la quinta parte de este período presidencial, y el palo no está para cucharas en medio de esta tramoya de construcción del "golpe blando de opinión" contra el gobierno del Pacto Histórico. Los que vienen demostrando errores imperdonables no son únicamente los aliados de la política tradicional, también desde el sector ambiental se vienen materializando gestiones que nada tienen de novedosas y cuya formulación en el Plan Nacional de Desarrollo se quedó corta, basta con ver cero desarrollo del enunciado Justicia Ambiental, como si alguien hubiera cortado de un tajo la teórica intención de fortalecer el Acuerdo Regional de Escazú
No se trata de una ráfaga de críticas, sino de la evidencia de los hechos sin acontecimientos relevantes. En el reciente contexto de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional Petro criticó en Cuba a los gobiernos de los Estados Unidos por el infame bloqueo a la famosa isla, mientras tanto, la Ministra de Ambiente sigue defendiendo la iniciativa del Fondo Antinarcóticos Estadounidense de construcción de una Mini Base Militar en el Parque Natural Isla Gorgona, negando tozudamente que los tres componentes: un muelle de 180 metros para embarcaciones militares, tres hangares para infantes y oficiales de marina, y un radar de electromagnética contaminación cancerígena tornan dicha obra como una engranaje militar a escala.
Se les olvida que la gobernanza ambiental deviene desde las comunidades populares y sus organizaciones de base, campesinas y ambientalistas por medio de una herramienta como el antiquísimo foro que heredamos desde los tiempos de Grecia, ese sentipensamiento del saber popular del que nos habló Orlando Fals-Borda para la formulación de la Investigación Acción Participación, siendo necesario que espacios como los Consejos Directivos de las Corporaciones Autónomas Regionales cooptados por politiqueros de baja calaña, sean renovados ahora en octubre por hombres y mujeres de reconocida trayectoria de lucha contra la corrupción.
Esta pobre feria me recordó de Serrat "Fiesta" (1996): "Gloria a Dios en las alturas, recogieron las basuras de mi calle ayer a oscuras y hoy sembrada de bombillas. Y colgaron de un cordel de esquina a esquina un cartel y banderas de papel verdes, rojas y amarillas (...) Apurad que allí os espero si queréis venir, pues cae la noche y ya se van nuestras miserias a dormir (...) Se acabó, el sol nos dice que llegó el final, por una noche se olvidó que cada uno es cada cual. Vamos bajando la cuesta que arriba en mi calle se acabó la fiesta".
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