jueves, 20 de abril de 2023

¡Democracia Radical! - Disertaciones del Crepúsculo

20 de abril de 2023. Por Armando Palau Aldana. En estos tiempos de elecciones locales empiezan a escucharse propuestas de las y los candidatos que giran alrededor de temas comunes que se direccionan en la opinión pública, tramas que desde generadores temáticos se localizan en imaginarios colectivos, como la inseguridad que se torna sensible para las gentes que caen en el espectro de cultivar artículos personales de lujo en medio de tantas necesidades básicas insatisfechas.

Lo colectivo es rebasado por lo individual, no alcanza a sensibilizar a las comunidades pequeño burguesas de urbes medianas como Cali, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla o Cartagena comparadas con una ciudad metropolitana como Bogotá en la que municipios limítrofes fueron absorbidos en localidades. Sin embargo, en las poblaciones pequeñas o intermedias el reflejo de esta conurbación desde las capitales departamentales afecta la vecindad que entraña mutualidad.

El afianzamiento de esta cómoda y egoísta actitud está ligada al culto a la propiedad privada desde tiempos de Roma en los inicios de la civilización occidental, llegando a la forzosa construcción de intereses difusos hace apenas medio siglo, cuando el mundo de la mano de las modernas canciones y el arte superó la decadencia de la posguerra permitiendo a las nuevas generaciones consolidar modernas comunidades.

Sin embargo, por esas mismas calendas de los años setenta se avizoraron los límites del crecimiento en instancias como las Naciones Unidas o la Organización de Estados Americanos que a duras penas ondeaban un poco más de veinte años, desde donde se ocuparon de los intereses ambientales arribando la tercera generación de derechos humanos, solo reconocidos como fundamentales hace un par de años, desempolvando y validando el ejercicio de veteranas acciones constitucionales.

Ciertamente este contexto nos lleva a preguntar porque el ejercicio de la soberanía popular se torna paquidérmico, estando la respuesta localizada en el espectro del egoísmo y el antropocentrismo que refuerzan la representación democrática, enquistando la intriga en el sumun de los partidos y movimientos, en las corporaciones públicas y en los establecimientos comerciales.

Si retomamos nuestra historia política, ese país nacional referido por Gaitán hace 75 años que no se materializó es hoy en día la visión alternativa de la gobernanza ambiental, entendida como la coordinación que tiene lugar en espacios no jerárquicos (redes), que promueven la participación de la sociedad civil en la deliberación de los asuntos públicos y ambientales, mediante sistemas de gobierno gestados por las propias comunidades, que muestran una nueva visión de la democracia (Montoya y Rojas, 2016).

Eso es precisamente el ejercicio que proponemos desde el Círculo de Pensamiento Ambiental a la sociedad civil de Cali, desde la óptica de la ecología política de André Gorz, ejercicios autónomos de democracia radical en la que se discuta abiertamente la suerte ambiental de biomas de alta importancia estratégica como el Parque Nacional Natural Gorgona, para estructurar desde la cartografía social y el sentipensamiento sugeridos por Fals-Borda la problemática ambiental.

Nos vemos este mañanero viernes 21 de abril en la Sociedad de Mejoras Públicas para celebrar la Primera Audiencia Ambiental de la Sociedad Civil sobre este Mundo Marino en un ejercicio de Democracia Radical, evocando el Humano Litoral del Poeta del Mar, Helcías Martan Góngora: “Vuelto al agreste mediodía/ardo en la hoguera tropical/entre el rumor de los tambores/que agita un viento secular/y en la liturgia del ancestro/soy el varón elemental/en cópula con la selva/y en guerra con la ciudad”.


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