8 de marzo de 2024. Por: Florence Thomas. “Soy feminista. No soy ni amargada ni insatisfecha: me gusta la risa, pero sé también compartir los duelos de las miles de mujeres víctimas de violencia: soy feminista.
Me gusta con locura la libertad más no el libertinaje, soy feminista. No soy lesbiana, y si lo fuera ¿Cuál sería el problema? Soy feminista. Sí, soy feminista porque no quiero morir indignada, defenderé hasta donde pueda hacerlo a las mujeres, su derecho a una vida libre de violencias.
Soy feminista porque creo que hoy día el feminismo representa uno de los últimos humanismos en esta tierra desolada y porque he apostado a un mundo mixto hecho de hombres y mujeres que no tienen la misma manera de habitar el mundo, de interpretarlo y de actuar sobre él.
Soy feminista porque me gusta provocar debates desde donde puedo hacerlo. Soy feminista para mover ideas y poner a circular conceptos; para deconstruir viejos discursos y narrativas, para desmontar mitos y estereotipos, derrumbar roles prescritos e imaginarios prestados.
Escribo para las mujeres que no tienen voces, para todas las mujeres, desde sus incontestables semejanzas y sus evidentes diferencias.
En fin soy feminista tratando de atravesar críticamente una moral patriarcal de las exclusiones, de los exilios, de las orfandades y de las guerras, una moral que nos gobierna desde hace siglos.
Un día, no muy lejano, espero, habremos aprendido a ser mujeres, simplemente mujeres. Ni santas, ni brujas; ni putas, ni vírgenes; ni sumisas, ni histéricas, sino mujeres, resignificando ese concepto.
Por esto repito tantas veces que ser mujer hoy es romper con los viejos modelos esperados para nosotras”.
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