Armando Palau Aldana
Bajo la dictadura del general Gustavo Rojas, en los tiempos intensos de la violencia política, bajo la influencia de José Castro Borrero, Ciro Molina Garcés, Manuel Carvajal Sinisterra y Harold Eder, se creó la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca con jurisdicción en los departamentos de Caldas, Valle del Cauca y Cauca (por aquellos tiempos no había emergido Risaralda). Se tomó como referencia la Autoridad del Valle de Tennessee creado por el Presidente Roosevelt en mil novecientos treinta y ocho. El objeto institucional de la C.V.C., fue la regulación de los cauces de aguas superficiales.
En aquellos tiempos, el serpenteo del río Cauca por las tierras aluviales de su valle geográfico ocupaba toda el centro gravitacional de la planicie, sus meandros eran de gran curvatura y en cada uno de los estertores de sus crecientes quedaban las cálidas madre viejas como despensas para recibir las migraciones de aves que arribaban desde las estribaciones del norte apartándose de los helados vientos árticos. Los grandes pantanos eran circundados por la biodiversa oferta que brindaban los bosques secos, como relictos de flora y fauna. Infortunadamente la importancia de estos humedales, solo vino a ser reconocida y declarada en la Convención de Ramsar promulgada en mil novecientos setenta y dos.
Los magnates de la caña de azúcar que ocupaban la sexta parte de este valle geográfico desde los inicios del siglo veinte hasta los mediados, fueron drenando ingente cantidad de humedales para el crecimiento de la frontera agrícola de sus cultivos, no obstante ser bienes de uso público, pero requerían además domesticar y acuartelar las bravías extensiones del río Cauca, por ello proyectaron la construcción de la represa de Salvajina para estrangularlo en su descenso de las montañas caucanas, lo cual finalmente se materializó en mil novecientos ochenta y cinco, con esto, los cañaduzales abarcan hoy doscientas treinta de las trescientas mil hectáreas de este valle. Desde la Fundación Biodiversidad (mi pequeña trinchera verde), he luchado durante los últimos veinticinco años contra estos desmanes de este Cartel de los Pirómanos Cañicultores, los hechos judiciales y los medios de comunicación dan fe de ello.
Luego vino en el noventa y cuatro, la creación del Ministerio de Ambiente como cabeza del Sistema Nacional Ambiental, permitiendo la llegada a los Consejos Directivos de dos representantes de las organizaciones ambientales. En el dos mil cuatro fui elegido como vocero de un sector minoritario de ambientalistas alternativos y libré con estoicismo una lucha frontal contra la corrupción. También fue elegido Julián Rentería, quien venía de trabajar en el Fondo Ambiental y se dedicó a cabildear contratos para algunas organizaciones como estrategia para ser reelegido por tres períodos más. Durante su permanencia en estos doce años, no ha habido espacio ni apoyo para el acrecentamiento del pensamiento ambiental y lastimosamente los convenios y contratos que él ha liderado no han aportado soluciones para frenar el deterioro de nuestro entorno y sus recursos naturales.
Rentería fue uno de los escuderos del entonces Director Oscar Libardo Campo, a quien después de una ardua batalla jurídica logre remover mediante Acción de Cumplimiento ante el Consejo de Estado. En el Informe Fiscal de la Contraloría General sobre la gestión en la C.V.C del dos mil catorce, no se fenecieron las cuentas de la Corporación y se evidenció la enorme responsabilidad del Consejo Directivo, en la cual concurre el personaje de marras.
La estrategia que usa para lograr su re-elección, es reclamar el apoyo por el cabildeo de contratos y convenios a las organizaciones ambientales, para chequearlo ha logrado que el voto sea público en las dos ocasiones anteriores. En esta ocasión, nos inscribimos doscientas cuarenta y nueve ONG’s y solo noventa y nueve fueron habilitadas para votar. Una de las excluidas fue la Fundación Biodiversidad (con artificios y malabares jurídicos), para que no se permitiera que la presencia de mi voz lograra un llamado a la Consciencia Ambiental, ello con la aquiescencia del coterráneo Rubén Darío Materón actual Director de la C.V.C.
Otra de las tramoyas, es desconocer el sistema de cociente electoral prescrito en el Constitución para elección de dos curules, imponiendo para la elección de la C.V.C. por mayoría de las organizaciones contratistas el otorgamiento de las dos curules a la plancha con mayor número de votos, con ello hoy se discriminó también al único aspirante afrodescendiente que se postuló, con quien ninguno de los cuatro candidatos restantes hizo plancha y fue barrido en la votación.
En estos artificios se cuenta con el acompañamiento del abogado defensor de derechos humanos Alvaro Sepúlveda, quien como en las otras ocasiones, sometió a decisión que se levantara la inviolabilidad del voto secreto, pediré el concepto autorizado del Consejo Seccional de la Judicatura para saber si trasgredió la ética profesional.
Por supuesto incoaré las acciones disciplinarias, judiciales y penales, como parte de mi oficio de control ciudadano contra esta bellaquería de discriminación y persecución política.
En fin, el carnaval de irregularidades conspiró una vez más, para que un quijote ambientalista fuera acallado, solo lograron que no pudiera votar, porque jamás acallaran mi voz. Decía el ilustre y noble hidalgo “Adonde interviene el favor y las dádivas, se allanan los riscos y se deshacen las dificultades“.
Cali, quince de octubre de dos mil quince.
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