Democratización de la filosofía I

13 julio 2022. Por Luis Majín. "Es imposible evitar todos los errores, e incluso todos aquellos que, en si mismos, son evitables" Sir Karl Popper.

Plantear que la filosofía puede impartirse con éxito a los habitantes de una ciudad o de un país, puede sonar a despropósito. No obstante recuérdese que los filósofos griegos, exponían sus ideas en las calles, en las plazas de mercado y ante públicos que aprendían a discernir sobre los grandes temas, que desde siempre han sobresaltado al animal paradójico. A este fenómeno admirable, se debió que la Atenas del olímpico Pericles fuera por aquellos remotos tiempos una escuela del meditar profundo, abierta y en plena brotación del logos. ¿Por qué en nuestra época de la alienante globalización, y de la mal llamada "sociedad del conocimiento y la información", la filosofía que agiganta al hombre, ni se desarrolla ni se enseña en las universidades?

Se nos dirá que en Colombia tenemos facultades de filosofía y "montones" de profesores que egresan de ellas, a laborar en colegios y universidades. Está bien respondemos, pero nosotros hacemos referencia al docente filósofo, y no al "simulador" profesor de filosofía. El primero, induce a reflexionar al estudiante, le crea condiciones para que elabore aquellas preguntas que son fundamentales y no tienen respuesta alguna y no para que la repita de manera mecánica a la hora del examen, que ha impuesto el sistema castrante de evaluación por competencias del desafortunado mundo global. El mal llamado profesor de filosofía en términos generales, a lo mejor enseña aspectos históricos de la filosofía y una que otra anécdota biográfica de los filósofos que nunca ha estudiado. Pero el pensamiento crítico, que ha producido rupturas epistemológicas de un Kant, Hegel o de un Zuleta, se omite, en una especie de neutralidad evasiva, que deja en el vacío las aspiraciones gnoseológicas del estudiantado. Ya que la filosofía no es mera especulación, ni contemplación...es la actividad que crea conceptos. Por ello, la filosofía siempre persigue la inmanencia.

Frente a la entrada del Republicano Colegio de Santa Librada que hoy se encuentra en ruinas ante la mirada inepta de la dirigencia vallecaucana, Cali-Colombia, para la aldea global.