domingo, 27 de agosto de 2023

De Irán en el 53 a EE.UU. en 2021: una historia de golpes de Estado perpetrados por EE.UU. que finalmente llega a casa


27 de agosto de 2023. Por Amy Goodman y Denis Moynihan. El 19 de agosto se cumplieron 70 años del derrocamiento de Mohammad Mosaddegh, el primer líder político iraní elegido democráticamente como primer ministro de ese país. Este derrocamiento constituyó el primer golpe de Estado de la era moderna orquestado por Estados Unidos y signó el comienzo de décadas de golpes de Estado, asesinatos y “cambios de régimen”. Mientras el sombrío aniversario de aquel primer golpe en Irán generó escasa atención en Estados Unidos, un intento de golpe de Estado estuvo en la primera plana de las noticias. Esta semana comenzaron a entregarse a las autoridades judiciales de Georgia los imputados en el caso presentado contra Donald Trump y 18 cómplices por intentar revocar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en dicho estado. Esta es la segunda imputación que recibe el expresidente Trump por intentar realizar un golpe de Estado contra Estados Unidos tras su derrota en las elecciones presidenciales de 2020. Si bien la muchedumbre violenta convocada por Trump que irrumpió en el Capitolio de Washington D.C. estuvo a punto de impedir el traspaso pacífico del poder, los actos de violencia que se perpetraron el 6 de enero de 2021 no se comparan con la cantidad de sangre derramada en las innumerables intervenciones que Estados Unidos patrocinó alrededor del mundo.

El Gobierno del presidente Dwight Eisenhower participó directamente en el derrocamiento de Mossadegh. Aunque contó con más ayuda. En 1953, la CIA tenía tan solo seis años de existencia, mientras que la agencia de espionaje británica conocida como MI6 llevaba décadas funcionando, tenía dos guerras mundiales en sus espaldas y había fomentado diversos levantamientos y complots alrededor del mundo mientras Gran Bretaña luchaba por mantener su imperio en decadencia. En los años 50, el recurso vital del imperio británico era el petróleo, el cual era bombeado desde los yacimientos petrolíferos iraníes por la compañía británica Anglo-Iranian Oil Company. En 1951, cansado de que el país sea saqueado, el Parlamento iraní decidió nacionalizar su industria petrolera. La iniciativa fue liderada por Mohammad Mosaddegh, quien poco después fue elegido primer ministro del país asiático. Mosaddegh ocupó el cargo apenas poco más de un año, al tiempo que Estados Unidos y el Reino Unido conspiraban para recuperar el control del petróleo iraní.

El grado de protagonismo que tuvo la MI6 en el complot de la CIA para derrocar a Mossadegh fue revelado recién en 2019, cuando se estrenó el notable documental “Golpe del 53”. La película, dirigida por Taghi Amirani, un físico de origen iraní que se convirtió en cineasta, muestra cómo un agente del MI6 llamado Norman Darbyshire fue quien realmente dirigió el golpe de Estado en Irán, una información que se mantuvo mucho tiempo en secreto.

En conversación con Democracy Now!, Amirani dijo: “Todos crecimos con la idea de que la CIA llevó adelante el golpe de Estado bajo el liderazgo de Kermit Roosevelt”. Amirani se refiere a Kermit Roosevelt, quien fue reclutado por el entonces director de la CIA, Allen Dulles, y su hermano, el entonces secretario de Estado, John Foster Dulles, para ser el representante de la Agencia en el golpe de Estado iraní. Kermit Roosevelt, que era nieto del presidente Theodore Roosevelt, concedió numerosas entrevistas, en las que prácticamente presumía haber ingresado un millón de dólares en Irán para financiar el golpe de Estado y haber gastado solamente 60.000 dórales para llevarlo a cabo.

En su conversación con Democracy Now!, Amirani profundizó sobre este tema: “Kermit era más bien un hombre que llevaba y traía dinero, un aventurero”. En cambio, en referencia al principal agente del MI6 en Irán, Amirani explicó: “Darbyshire se había desempeñado como soldado en Irán desde los 19 años. Es probable que él hablara persa mejor que yo. Él había recorrido las calles iraníes. Realmente entendía la psiquis de los grupos iraníes, tal como dice en la entrevista que aparece en nuestra película. Sabía cómo dirigirse a ellos, cómo manejarlos, qué hilos tocar”.

La investigación que Amirani realizó para el documental “Golpe del 53” sacó a la luz pilas de información y materiales sumamente importantes que habían quedado en el olvido. Entre esos materiales, encontró la transcripción de una entrevista que le habían realizado a Darbyshire. Cuando el primer intento de golpe de Estado dirigido por la CIA fracasó, grupos de mercenarios contratados por Darbyshire se lanzaron violentamente a las calles de la ciudad de Teherán, rodearon la casa de Mossadegh y, con la ayuda de oficiales rebeldes del Ejército, atacaron su vivienda y lo arrestaron.

Luego, Estados Unidos y Gran Bretaña instalaron a un títere, Mohammad Reza Pahlavii, como nuevo sha de Irán. Pahlavi gobernó durante un cuarto de siglo y, bajo la supervisión de la CIA, creó el servicio de inteligencia y seguridad interior SAVAK, un brutal aparato de seguridad del Estado iraní que aterrorizaba y asesinaba a los ciudadanos iraníes que se atrevían a manifestar su oposición al Gobierno. En 1979, el sha fue derrocado por la Revolución iraní, lo que dio paso a la instauración del estricto Gobierno teocrático que persiste hasta la actualidad.

La investigación de Amirani lo llevó a buscar información en el Archivo de Seguridad Nacional, una organización sin fines de lucro ubicada en Washington D.C. que custodia documentos clasificados del Gobierno estadounidense para que el público pueda tener acceso a ellos. Un documento clave de la CIA que el Archivo de Seguridad Nacional obtuvo en 2013 dice: “El golpe de Estado militar que derrocó a Mossadeq y a su gabinete del Frente Nacional se llevó a cabo bajo la dirección de la CIA, como un acto de política exterior de Estados Unidos que fue concebido y aprobado por los niveles más altos del Gobierno”.

En un estremecedor video incluido en el documental “Golpe del 53” se puede ver una serie de cajas alineadas a lo largo de la pared de la sala de lectura del Archivo de Seguridad Nacional que contienen documentación sobre los sucesivos golpes de Estado, intentos de golpe de Estado e intervenciones militares patrocinados por Estados Unidos que tuvieron lugar tras el derrocamiento de Mossadegh:

Arbenz (Guatemala, 1954), Lumumba (Congo, 1961), Trujillo (República Dominicana, 1961), Ngo Dinh Diem (Vietnam, 1963), Goulart (Brasil, 1964), Sukarno (Indonesia, 1965), Allende (Chile, 1973) y otros, que van desde la invasión de Granada en 1983 a las guerras en Nicaragua y El Salvador en los años ochenta, pasando por los continuos intentos para derrocar a los Gobiernos de Cuba y Venezuela y la invasión y ocupación de Irak.

Esperemos que el hecho de tener que confrontar un intento de golpe de Estado a nivel local, con los múltiples procesamientos de Donald Trump y sus coacusados, promueva una reflexión profunda sobre los violentos antecedentes que tiene nuestro país en relación a la planificación de golpes de Estado en el extranjero. A 70 años del golpe de Estado en Irán, podríamos decir que esa autocrítica debería haberse hecho ya hace mucho tiempo.

© 2023 Amy Goodman. Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

miércoles, 23 de agosto de 2023

Guatemala: ¿Estamos ante una “nueva primavera”?


23 de agosto de 2023. Por Marcelo Colussi. Definitivamente el campo popular ha perdido muchísimo en estos últimos años. Conforme con lo sucedido en todo el mundo, el triunfo de los planes neoliberales y el anticomunismo feroz que nos dejó la primera Guerra Fría (ya estamos viviendo la segunda), los avances y conquistas de los de a pie retrocedieron en forma fenomenal. En Guatemala, si bien después de la Firma de la Paz en 1996 se habían abierto algunas tímidas esperanzas de cambio, con las últimas administraciones presidenciales (Otto Pérez Molina, Jimmy Morales, Alejandro Giammattei) esos mínimos avances desaparecieron completamente.

La actuación de la Cicig durante un corto período de tiempo (cuando así lo determinó Washington, solo a su conveniencia) marcó un momento de “respiro” en la sociedad, porque se sentía que se actuaba contra la corrupción galopante que se había instalado. No debe olvidarse al respecto, tal como dijo uno de los apresados por esa cruzada anticorrupción que se desató en el 2015, que se detuvo a la Línea 1, pero jamás se tocó -ni parece que se vaya a tocar nunca- a la Línea 2. 

Desde ese entonces, la corrupción pasó a ser, en términos mediáticos, el problema principal del país. Los “malos de la película” fueron los mandatarios venales que, con sus robos y fechorías, “empobrecen al pueblo”. Verdad a medias. La corrupción existe, sin dudas, pero es efecto de un sistema basado en la explotación de las grandes mayorías trabajadoras al que llamamos “capitalismo”. Los hechos corruptos, que aparecen en todos los gobiernos del mundo, en el Norte próspero y en el Sur empobrecido, no son la real causa de las penurias de las poblaciones: es la forma en que se distribuye la riqueza. Esos funcionarios corruptos, que se mueven con características delincuenciales -¿qué diferencia sustancial hay entre un ladrón de celulares, un pandillero que pide extorsión o un político robando un presupuesto público?- son producto de un sistema injusto en sus raíces. Esos funcionarios, que lo que menos parecen ser es “servidores públicos”, son una excrecencia dentro de un sistema en sí mismo perverso y corrupto. 

De todos modos, desde hace un tiempo el llamado Pacto de Corruptos (clase política impresentable, crimen organizado, cierto empresariado voraz) ha ido copando todas las estructuras del Estado, asegurándose un clima de completa impunidad para sus oscuros negociados, manejados como mafias al peor estilo de Al Capone. Para la presente elección contaban con que repetían un triunfo en la presidencia, afianzando y profundizando una sangría a los recursos públicos de forma inmoral. Pero la población reaccionó. El voto popular dijo no a esa avanzada gangsteril, dando como ganador a una propuesta renovadora: el Movimiento Semilla. 

Definitivamente, el triunfo de Bernardo Arévalo constituye una bocanada de aire fresco en una atmósfera irrespirable como la que se tenía en el país últimamente, con grupos mafiosos manejando los gobiernos (nacional y municipales) con criterios de banda delincuencial, con un tufillo que apestaba y que llevó a la población a decir “basta”. 

En el medio de la desazón generalizada que se vivía, con abusos de poder por parte del gobierno rayanos ya en el autoritarismo de una dictadura disfrazada de democracia, la aparición de Semilla es una buena noticia. Ahora bien: ¿qué se puede esperar realmente de este nuevo gobierno a partir de enero del 2024? Seamos realistas sin perder la dimensión en el análisis. Tan bochornoso era el clima imperante que una propuesta de reforma quiere verse como una “nueva primavera” (remedando así la “primavera democrática” de 1944). Ojalá lo sea, pero todo indica que no deberíamos hacernos especiales expectativas.

Esto no es un llamado al derrotismo, sino al realismo. Las propuestas del Movimiento Semilla, surgidas a partir de las movilizaciones anticorrupción del 2015, no representan en realidad proyectos de transformación social. Se centran básicamente en un esquema de transparentización de la función pública, intentando eliminar la corrupción. Pero es sabido que esas estructuras enquistadas en el Estado desde hace décadas, harán lo imposible por resistir. De hecho, en el Congreso no tiene mayoría, y el gobierno será una disputa permanente contra los poderes más oscuros. 

En este momento, recién transcurridas las elecciones, se puede vivir un clima de euforia, sintiéndose el triunfo del Movimiento Semilla como un auténtico avance popular. En un sentido, muy limitadamente, lo es: la población votante no se dejó embaucar y dijo “no” al Pacto de Corruptos. Pero ¡cuidado!: tengamos bien en cuenta qué representa haber ganado el Poder Ejecutivo. Desde la casa presidencial se podrán impulsar cambios, sabiendo que los verdaderos factores de poder no quieren cambios sustanciales. El nuevo gobierno, si es que llega asumir sin contratiempos el próximo 14 de enero, se las verá difícil. Ante todo, debemos estar preparados para todo tipo de juego sucio en estos meses, previéndose que las mafias enquistadas en el Estado puedan hacer cualquier cosa para no perder espacio. La lucha, por tanto, será ardua.

Por otro lado -y quizá esto es lo fundamental- el Movimiento Semilla no trae un proyecto revolucionario. Las acusaciones de la derecha más troglodita ahí están presentes, preparando el camino para neutralizarlo. Como se ha leído en las redes sociales: “Arévalo y seguidores apoyan el aborto, la mariquitación social mal llamada inclusión, la pérdida de valores, la desintegración de la familia, la legalización de las drogas, el aumento del gasto público, el incremento del populismo y el nepotismo y la eliminación del ejército. Buscan hacer de Guatemala una Venezuela”. Para tomar distancia de todo esto Semilla aclaró, casi con vehemencia, que “no es comunista”, que no habrá expropiaciones ni cosas por el estilo. La embajada de Estados Unidos y ciertos grupos económicos de los más poderosos del país le dan su beneplácito, lo cual indica por dónde podrá transitar próximamente. Revolución socialista a la vista: no. Eso está claro. Por tanto, las expectativas de mejora económica para las grandes masas seguramente no podrán cumplirse; eso sirve a la derecha para mostrar que “las izquierdas en el poder son inoperantes”.

Apoyemos el clima de cambio, pero no esperemos maravillas allí donde no puede haberlas. Terminar con la corrupción -si eso fuera posible- es loable; pero eso no barre con las injusticias de base. No olvidarlo.


lunes, 14 de agosto de 2023

Sesgo racial y abuso de la tecnología, desde Henrietta Lacks hasta Porcha Woodruff


14 de agosto de 2023. Por Amy Goodman y Denis Moynihan. La tecnología suele ser celebrada como un motor del progreso. Sin embargo, si se la desarrolla sin una supervisión transparente y democrática, puede ocasionar grandes daños. La inteligencia artificial, o IA, es el ejemplo más reciente. A fines de mayo, la organización Centro para la Seguridad de la IA emitió una declaración de tan solo una frase en la que más de 250 expertos en tecnología advirtieron: “Mitigar el riesgo de extinción que la inteligencia artificial [plantea a la humanidad] debería ser una prioridad global, junto con otros riesgos de alcance social, como las pandemias y la guerra nuclear”. Este grupo de expertos está preocupado por la posibilidad de que, en el futuro, la inteligencia artificial termine por superar a la humana y contribuya a nuestra desaparición como especie.

Pero, para muchas personas, los abusos de la tecnología no suponen una mera posibilidad de riesgo futuro. Consideremos los casos de Henrietta Lacks, quien falleció de cáncer de cuello uterino en 1951, y un ejemplo más contemporáneo, ocurrido en 2023, de otra mujer negra, llamada Porcha Woodruff. Esta joven madre de la ciudad de Detroit fue detenida de manera injusta bajo cargos de robo a mano armada y robo violento de vehículo, después de ser incorrectamente identificada por un software de reconocimiento facial que funciona mediante inteligencia artificial.

En conversación con Democracy Now!, Porcha Woodruff dio detalles acerca de su detención: “Seis policías tocaron a la puerta [de mi casa con] una orden de arresto en mi contra por el robo de un automóvil. En el medio de la conversación, abrí un poco más la puerta para que [los agentes] vieran que estaba embarazada de ocho meses. […] Estuve un buen rato hablando con los policías, intentando convencerlos de que se habían equivocado de persona”.

Porcha Woodruff fue esposada delante de sus dos hijas pequeñas, que estaban aterrorizadas, y luego llevada a prisión. El rostro de la persona que efectivamente perpetró el crimen fue capturado por una cámara, pero el programa de reconocimiento facial identificó incorrectamente a Porcha. Woodruff es la primera mujer de la que se tiene registro que ha sido detenida de manera injusta en base a información deficiente proporcionada por un programa de detección de rasgos faciales. Al menos cinco hombres también han sido arrestados injustamente debido a deficiencias en el funcionamiento de esta tecnología. En los seis casos, las víctimas fueron personas negras. Porcha permaneció detenida durante once horas y fue puesta en libertad con una fianza de 100.000 dólares. La joven empezó a tener contracciones dentro de la cárcel y, tras ser liberada, tuvo que ser trasladada de inmediato al hospital, donde recibió tratamiento debido a que sufría un cuadro de deshidratación.

Joy Buolamwini, fundadora de la Liga por la Justicia Algorítmica, expresó a Democracy Now!: “En 2019, el Gobierno [estadounidense] compartió un estudio que mostraba que los rostros de personas afroestadounidenses y de origen asiático tenían entre diez y 100 veces más probabilidades de ser identificados de manera incorrecta. De manera reiterada, el desempeño más deficiente [del sistema de reconocimiento facial] ocurre en relación con los rostros de mujeres negras. Si nos fijamos en los datos y en lo que hemos registrado sobre el funcionamiento de las tecnologías de reconocimiento facial, vemos que las personas de color, las mujeres de color —y las mujeres negras, en particular— corren un riesgo aún mayor de sufrir este tipo de identificaciones erróneas”.

Porcha Woodruff tiene 32 años. Por su parte, Henrietta Lacks era una mujer de 31 años, madre de cinco hijos, que acudió a tratarse al hospital de la Universidad Johns Hopkins, el único centro hospitalario de la ciudad de Baltimore que atendía a pacientes negros a principios de la década de 1950. Rebecca Skloot es la autora del exitoso libro biográfico “La vida inmortal de Henrietta Lacks”, que también tuvo su versión cinematográfica, protagonizada por Oprah Winfrey. En conversación con Democracy Now!, Skloot explicó: “[Henrietta] fue anestesiada porque debían hacerla una biopsia del cuello del útero. Fue entonces cuando el médico cogió un trocito de más, lo puso en un recipiente y se lo envió a George Gey, que era el jefe de investigación de cultivos de tejidos y llevaba décadas intentando cultivar células. En el pasado habían podido mantener las células vivas durante 24 horas, pero [las de Henrietta] no solo no morían, sino que empezaban a duplicar su número cada 24 horas. Crecían con una intensidad increíble que nadie había visto antes”.

Henrietta Lacks murió a causa del cáncer poco después de la biopsia, pero sus células perduraron y se convirtieron en la piedra angular de la investigación biomédica. Las células tomadas de Henrietta Lacks, sin su consentimiento, han ayudado a curar o tratar innumerables enfermedades, como la polio, el VIH o el virus del papiloma humano. Asimismo, sus células han contribuido a desarrollar vacunas y otros medicamentos y a cartografiar el genoma humano. El personal médico del hospital universitario Johns Hopkins también actuó de mala fe con los familiares de Henrietta. Los sometieron a estudios para intentar averiguar por qué sus células eran capaces de sobrevivir tanto tiempo.

El hospital denominó a las células de Henrietta Lacks como “células HeLa” y afirmó falsamente que procedían de una persona ficticia llamada Helen Lane. Muchas empresas utilizaron las células de Henrietta y se beneficiaron comercialmente de ellas. El 1 de agosto de este año, la familia de Lacks llegó a un acuerdo de indemnización con la empresa Thermo Fisher Scientific.

Uno de los nietos de Henrietta, Alfred Lacks Carter Jr., anunció: “Nuestro familiar, nuestro ser querido, nuestra querida Henrietta Lacks, cumpliría hoy 103 años […]. No podría haber sido un día más apropiado para que se hiciera justicia para ella, para que su familia tenga alivio. Fue una larga lucha, fueron más de 70 años. Y Henrietta Lacks obtuvo hoy justicia”.

Esperemos que Porcha Woodruff también tenga su oportunidad de obtener justicia. La joven ha entablado una demanda contra la ciudad de Detroit, en la que sostiene que fue detenida y encarcelada de manera injusta, además de haber sido víctima de una persecución judicial malintencionada. Asimismo, Porcha denuncia en su demanda el empleo de un programa de reconocimiento facial basado en inteligencia artificial que evidencia un notorio sesgo racial. La experiencia de Porcha bien podría servir de estímulo para la aprobación de la Ley de Moratoria de Tecnología Biométrica y Reconocimiento Facial que se encuentra en proceso de debate en el Congreso de Estados Unidos.

Desde el caso de Henrietta Lacks hasta el ejemplo actual de Porcha Woodruff, es hora de reconocer y repudiar el uso racista de la tecnología.

© 2023 Amy Goodman Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

domingo, 13 de agosto de 2023

¡La quimera de los derechos colectivos! -Disertaciones del Crepúsculo


13 de agosto de 2023. Por Armando Palau Aldana. Se asegura que en la década de los años 70 se configuró la noción de derechos colectivos, como una respuesta al decadentismo de la posguerra mundial que había devastado principalmente a varios países de Europa. Como abrebocas, superaron esa gris etapa el entusiasmo de la juventud, escenarios como las protestas en París del “Mayo del 68” o el “Festival de Woodstock” en Nueva York en el 69, que dieron colorido a las calles y los parques.

La inveterada tradición antropocentrista de los derechos fundamentales que surgió con la historia de la propiedad privada en la antigua Roma, su consecuente generación de derechos sociales, económicos y culturales de finales de los años 40, afloraron los derechos difusos poniendo de presente propósitos generales superiores a los intereses particulares, cuyos plenos beneficiarios han sido minúsculos círculos de poder y de riqueza.

La creciente explotación de la diversidad de flora y fauna para atender el crecimiento exponencial de la población, así como la contaminación producida en la transformación industrial de estos bienes y productos, ha puesto de presente la imperiosa necesidad de tratar de preservar las fuentes superficiales de agua y el aire con su volátil oxígeno, también la conservación de las reservas forestales, indispensables recursos fuertemente paliados.

Con ocasión de estas preocupaciones, en enero de 1991 dimos vida a la Fundación Biodiversidad para la promoción y protección de los derechos ambientales realizando en el siguiente abril el Primer Foro Nacional de Derecho Ambiental paralelo a las deliberaciones de la Asamblea Nacional Constituyente, en nuestro caleño Orquideorama con una nutrida asistencia de alrededor de medio millar de personas de varios rincones de nuestra atribulada patria.

La agenda de Biodiversidad cuenta exitosas acciones constitucionales para Cali y Valle del Cauca: la Defensa de la Manzana T (1993), mandamiento judicial contra quemas de caña de azúcar (1998), licenciamiento ambiental para hundimiento de Av. Colombia (1999), audiencia para el sellado del Basuro de Navarro (2003), imposición del Plan Maestro de Ciclorutas (2008), cierre de una mina ilegal (2010), remoción del Director General de CVC (2014), y defensa del Bosque de Niebla de la Reserva Forestal Dapa Carisucio (2018).

Una decena de libros: Derechos Colectivos y Acciones Populares (1995), Defensa Legal del Ambiente (1998), Educación Ambiental – La óptica legal (2003), El Basuro de Navarro (2006), Política y Medio Ambiente (2011), Reflexiones en Política y Medio Ambiente (2016), Transformar lo Público (2017), Intervención del Bosque Seco Tropical y Humedal El Cortijo (2019), Disertaciones Ambientales del Crepúsculo (2020), y Bosques del Siglo XXI (2022) que aún debemos al generoso y paciente impresor.

La febril materialización de este ideario ha sido contra viento y marea, nuestras alforjas no han estado ávidas de oro o de otro metal menos precioso, por el contrario nuestros rotos bolsillos han tratado de solventar todas estas quimeras, no hemos buscado gloria ni fama y por ello probablemente no nos ha faltado estoicismo para no asustarnos ni declinar, de cuando en vez uno que otra u otro amigo o compañero ha puesto su grano de arena granjeando entusiasmo.

No obstante que Parques Nacionales cerró Isla Gorgona y lo ha publicitado, excediendo la instrucción del Instituto Colombiano Agropecuario de restringir su ingreso, coincidencialmente una semana después de que le pedimos permiso al Director para ocupar durante 2 noches una de las casas por parte de los Expedicionarios Gorgona 2023, no declinaremos en nuestro encuentro con las Ballenas Jorobadas y su Mundo Marino el venidero fin de semana para cristalizar la representación como apoderados judiciales.

Ojala nuestros correligionarios nos apoyen para sacar avante esta indeclinable lucha, las cajas de Bosques del Siglo XXI aún están llenas, nos gustaría escuchar un coro cantando con Carlitos Gardel “Mano a mano”(1923), el tango que musicalizó con Razzano y escribió Celedonio Flores: “Y mañana, cuando seas descolado mueble viejo/y no tengas esperanzas en tu pobre corazón,/si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo,/acordate de este amigo que ha de jugarse el pellejo/pa'ayudarte en lo que pueda cuando llegue la ocasión”.



Isla Gorgona y su situación actual


13 de agosto de 2023. Por Loren Susana Alzamora Soliz (*). Sabías que, la isla Gorgona hace muchas décadas atrás, fué área del penal prisión Gorgona también conocida como la Alcatraz colombiana. su construcción como penal inició el 25 de octubre de 1959 por el presidente Alberto Lleras camargo, pero, fue inaugurada como prisión el 18 de octubre de 1960; habitada por los criminales más peligrosos de Colombia, los cuales cortaban toneladas de árboles para poder preparar sus alimentos y de la misma forma para poder construir balsas y emprender huida de la isla, cabe resaltar que está isla, sirvió para la construcción de esta cárcel de máxima seguridad por el lugar donde está ubicada. Se encuentra ubicada al sur occidente del pacifico colombiano, donde su lugar continental más cercano es conocido como punta de reyes, nombre dado por la comunidad de playa Bazán, una isla en medio del mar, ¡claro!, va ser muy útil para construir una cárcel de máxima seguridad. La época de la prisión sólo duró 23 años, pues el presidente Belisario Betancourt, cerró la prisión el 25 de junio de 1983 y la isla fue declarada como Parque Nacional Natural; actualmente, podemos ver como la naturaleza ha tomado su espacio que alguna vez se le fue quitado con la construcción de la cárcel, hoy tan sólo quedan recuerdos y las ruinas de lo que un dia fue una prisión, devoradas por la agreste y húmeda selva.

A partir de ese momento en que la isla se convirtió en parque nacional natural, empezó a reflejar toda su belleza natural, hoy es un lugar donde viajeros y turistas llega a disfrutas de todo los secretos naturales que la isla esconde, como sus especies endémicas propias de ella, como el lagarto azul que es muy atractivo en la isla. Gorgona, también conocida como isla ciencia, nombre que adoptó debido a que es muy apetecida por investigadores, se ha convertido en una isla de estudio para la investigación.

¿Sabes cual es la situación actual de la isla Gorgona?, pues te cuento, en la isla Gorgona el estado actualmente quiere construir una base militar, proyecto que está siendo financiado por el gobierno de los estados unidos, ¿que pasa?, pasa que comunidades como playa Bazán, la comunidad del municipio de guapi cauca, ambientalistas y demás pueblos aledaños, cercanos a la isla Gorgona, se encuentran en este momento en un problema jurídico con el estado por la posible elaboración de esta base militar, y no solo eso, este proyecto está constituido por cuatro componentes: la instalación de una torre de construcción con radar en el cerro de la trinidad, la montaña más alta de la isla, un muelle de 170 metros; una

estación de guardacostas de tercer nivel, y un tanque de almacenamiento de cinco mil galones combustible.

es un proyecto que posiblemente afectará los ecosistemas que en la isla se encuentran, marinos como terrestres, flora y fauna, ya que según el comité científico del parque nacional natural Gorgona, la licencia que entregó la autoridad nacional de licencias ambientales para la construcción tiene una serie de insuficiencias que podrían generar impactos muy negativos en la isla. El día lunes 13 de marzo se realizó una audiencia pública en el congreso de la república liderada por Susana Muhamad, la cual llamaron, Salvemos Gorgona, en esta audiencia se reveló la suspensión de este proyecto. Sin embargo la decisión no ha sido la definitiva.

Hay una negación de pescadores artesanales y de la comunidad Bazaneña, frente al porqué no debería tenerse la estación o base de la armada, porque es un sentimiento de pérdida, de pérdida de un lugar ancestral, de pérdida de un saber, de miedo ante la incertidumbre de qué va a pasar, para sostenerse como pescador, para vivir con miedo por los impactos que va a generar toda tecnología que conlleva a la construcción de una estación de guardacosta o base de la armada, de la misma forma va afectar los recursos, va afectar la actividad a los pescadores, va a condenar a la extinción de una práctica de vida que pervive en el pacifico de manera tradicional diferente a cualquier parte del mundo, por eso, se pelea por el respaldo de una práctica ancestral de vida que se está acabando en el mundo y que son pocos los que conservan ese pequeño espacio.

A esto se le suma la violación al derecho de consulta previa, puesto que es un Derecho fundamental que tienen los grupos étnicos, y todas estas comunidades que conforman a isla Gorgona son habitadas por grupos étnicos, afrodescendientes e indígenas, que en ningún momento, fueron buscados e informados sobre estas posibles construcciones.

Hoy hacemos un llamado, el llamado al estado es admirar al pescador, a valorar la pervivencia de unas prácticas de vida a pensar en una forma de ordenamiento que beneficie a muchas de las comunidades y a las familias de los pescadores del pacifico, sobre todo a los pescadores artesanales que ya se están EXTINGUIENDO.

“el ayer es historia, el mañana es un misterio, pero el hoy es un obsequio, por eso se llama presente”

y eso, eso es Gorgona para sus habitantes, para sus comunidades, un obsequio, un tesoro, su tesoro más preciado que no quieren que sea arrebatado por el gobierno

de los estados unidos, que no quieren que el gobierno colombiano apoye este proyecto, que no quieren que los tesoros que Gorgona esconde sean destruidos.

por el momento el proyecto se encuentra suspendido, pero la pregunta de estas personas que se ven perjudicadas y que ven en peligro la isla por la implementación de estos proyectos es ¿que pasara?, no sabemos, solo toca esperar.

(*) Estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Cali

miércoles, 9 de agosto de 2023

¡Espacios, Actores, Accionantes y Espectadores! - Disertaciones del Crepúsculo


9 de agosto de 2023. Por Armando Palau Aldana. Parece increíble pero es cierto, nuestras comunidades no han comprendido que hace 32 años la Asamblea Constituyente hizo un cambio trascendental en relación con la soberanía, la cual se mantenía incólume en cabeza de la Nación desde la Constitución de 1886 y por supuesto desde las anteriores Cartas Políticas. Desde 1991 la soberanía reside exclusivamente en el Pueblo y de él emana el poder público que se ejerce desde las ramas del Estado a través de los servidores públicos.

Pero el ejercicio directo de esta democracia participativa en la práctica cede su soberanía a la representatividad, la que se renovará en las venideras elecciones del 29 de octubre para gobernaciones, alcaldías, asambleas departamentales, concejos, ediles y comuneros. La brutal realidad nos indica que en estas justas no se elige a los mejores sino a quienes obtengan más votos bajo el derecho que tienen de ser elegidos, no se trata de un concurso de méritos personales.

Esto ocurrió recientemente en la intempestiva escogencia de representantes a la Mesa Técnica para la formulación de la política pública de gestión hídrica de Cali, espacio establecido en diciembre de 2020 por Acuerdo 492 del Concejo. Después de dos años y medio se dieron cuenta que esa mesa institucional no había sido instalada y corrieron a formarla, otra evidencia de la precaria ejecución del Departamento de Gestión del Medio Ambiente.

Lamentablemente, en la medida en que los electores (espectadores) padecen de una inmensa ignorancia jurídica y política como habitantes que conforman el Pueblo colombiano como Estado Social de Derecho, no vamos a elegir a los mejores sino aquellos con mayor capacidad de manipulación, cobrando vigencia el juicio del inmortal poeta Víctor Hugo (Los Miserables, 1862): “Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay una cierta complicidad vergonzosa”.

En los espacios que tenemos para garantizar la participación en la toma de decisiones ambientales, la representatividad sigue estando anclada al establecimiento oscuro: las y los representantes en mesas y consejos locales y nacionales como los de planeación, de política social, de cuencas o directivos de las Corporaciones Autónomas Regionales, no son los mejores, sino quienes han logrado perpetuarse a través del entronque de la contratación estatal para sus aliados y recomendados.

Quienes han asumido el compromiso de luchar como accionantes contra la corrupción en la gestión ambiental poniéndole el pecho a la brisa son un puñado de quijotes; son señalados como fundamentalistas por un resto de actores que se jactan de llevar un ambientalismo de un montón de años, pero que hace tan solo tres décadas no se les veía ni por las curvas, seguramente porque lo que han estado es aprovechándose de la coyuntura ambiental para obtener ingresos contractuales.

Las agendas ambientales tienen origen en el documento Nuestro Futuro Común (1987) soporte de la Asamblea de Naciones Unidas sobre Desarrollo y Medio Ambiente (Río de Janeiro, 1992); como lo advertimos en otras Disertaciones, han tenido como propósito las Metas del Milenio o los Objetivos de Desarrollo Sostenible, agendas formuladas por los entronques de poder, con una cierta apertura como Nuestra Propia Agenda de la Comisión de América Latina y El Caribe (1991).

Sin embargo, algunos vuelven a insinuar en época electoral agendas ambientales ciudadanas mínimas. La pasada solo sirvió como trampolín para que el animalista Terry Hurtado saltara al Consejo de Planeación de Cali y luego al Concejo, mostrando como única ejecutoria durante la alcaldía de Jorge Iván Ospina a quien respaldó, la construcción del Centro de Bienestar Animal en medio de múltiples irregularidades normativas y contractuales.

La crisis actual evidencia que las cosas se han estado haciendo mal (Nuestra Propia Agenda). En lo local el reto es revisar minuciosamente lo ambiental del Programa de Gobierno que inscribieron las y los candidatos a la alcaldía, pues de ahí saldrá el Plan Distrital de Desarrollo de Cali, para saber si tiene conectividad con el Plan Nacional desde la perspectiva del Ordenamiento del territorio alrededor del agua como eje estructurante y la materialización del derecho a gozar de entorno sano.

Entre tanto a la ciudadanía del común y a Juan Pueblo, le suena Yira Yira (Santos Discepolo, 1930): “Cuando la suerte qu' es grela,/fayando y fayando/te largue parao;/cuando estés bien en la vía,/sin rumbo, desesperao;/cuando no tengas ni fe,/ni yerba de ayer/secándose al sol;/cuando rajés los tamangos/buscando ese mango/que te haga morfar.../la indiferencia del mundo/-que es sordo y es mudo-/recién sentirás”.


Estados Unidos: el país más violento del mundo


9 de agosto de 2023. Por Marcelo Colussi.  En agosto se cumple un nuevo aniversario de las masacres de Hiroshima y Nagasaki. Es este el crimen más horrendo de la historia. Sucede que, como lo realizó la potencia intocable de Estados Unidos, de momento no puede ser juzgado. Por el contrario, en la derrotada Alemania, los ganadores de la guerra, encabezados por el país americano, sí se permitieron juzgar los crímenes de los nazis en Nuremberg. Siendo rigurosamente objetivos, tanto la locura germana de la Segunda Guerra Mundial como el uso de bombas atómicas por Washington contra Japón (innecesarias en términos militares, porque la rendición nipona ya era un hecho), son condenables de la misma manera.

La violencia es siempre condenable, aunque haga parte consustancial de la dinámica humana. Es “la partera de la historia”, se ha dicho con razón. La cuestión es cómo la procesamos, cómo la entendemos y valoramos. Lo cierto es que está en la raíz misma de nuestra humanización: la primera obra humana fue una piedra afilada, un arma. Sin embargo, según se la aprecie, pareciera que hay violencia “buena” y “mala”. ¿Por qué los 25 misiles nucleares de Norcorea son un “peligro para la humanidad” y los más de 5,000 estadounidenses protegerían la “democracia y la libertad” en el mundo?

Estados Unidos, como potencia dominante en el siglo XX, se siente con el derecho natural (¿o divino?) de hacer cuanto se le ocurra, de marcar el ritmo de todos los demás países del globo, de imponer su mandato sin obstáculos. Si así fue durante la Guerra Fría, presentándose bravuconamente por doquier aún con su archirrival presente, la Unión Soviética, desaparecida ésta se sintió dominador absoluto de la situación. Nunca antes se había visto un imperio con tanto poderío.

No se puede decir “con tanta malicia”, pues en el ejercicio del poder no cuentan esas consideraciones moralistas: “el que manda, manda. Y si se equivoca, vuelve a mandar”, reza acertadamente un refrán popular. El amo ejerce su dominio, siempre y en cualquier circunstancia. Estados Unidos, habiendo alcanzado un poderío abrumador el pasado siglo -hoy ya en decadencia- se sintió poseído de un supuesto “destino manifiesto” que le obligaba a llevar la “luz de la civilización occidental capitalista” por todos los confines del planeta. Así lo hizo, sin dudas.

Ello asienta en una suprema, arrolladora, impetuosa cultura de violencia, totalmente normalizada, asumida como natural sin atenuantes. De esa cuenta, el país del norte siente como algo normal su sangrienta historia de conquista, invasiones y masacres. Sobre la sangre derramada de miles de nativos de esa tierra se construyó la leyenda del “avance del progreso”, masacrando pueblos originarios y robando descaradamente territorio a México. Eso se naturalizó con los interminables westerns a lo que nos acostumbró Hollywood.

Igualmente considera normal y casi obligado su papel de gendarme en el mundo, desplegando alrededor de 800 bases militares en el planeta, llevando a un grado inaudito la cultura bélica. Las películas se encargan de tornar eso como algo digerible. E incluso “necesario”, ante la “barbarie”: ayer comunista, hoy musulmana o de los narcos latinoamericanos, todas afrentas a la “democracia”. No está de más recordar que toda esa avanzada militar necesita de armas y más armas, que su complejo militar-industrial se encarga de proveer, con ganancias estratosféricas: 35,000 dólares por segundo.

En nombre de la “libertad” -quimera centrada en un hiperindividualismo obsceno que hace de cada yo individual el centro del mundo- la cultura que se generó en la sociedad estadounidense hizo de esa fantasía el núcleo de la vida. Según la Segunda Enmienda de su Constitución se reconoce el derecho de todo ciudadano a poseer y portar armas de fuego, protegiendo así su “libertad”. Por lo pronto, este país tiene más armas en manos de civiles (350 millones de ellas) que población (334 millones). 42% de las armas en poder de civiles en todo el mundo está en manos de estadounidenses, a pesar de que ese país sólo tiene el 4.4% de la población mundial.

De este modo, gracias a esa famosa Enmienda, se logra que en cada tienda de la esquina se pueda comprar un arma, incluidos fusiles automáticos como el AR-15, versión civil del militar M-16, producido por Colt’s Manufacturing Company, el más empleado en las recurrentes masacres que cada semana enlutan a la población. De esa cuenta, alrededor de 100 personas son asesinadas cada día en suelo norteamericano, con las secuelas psicológicas que todo ello acarrea. Lo tragicómico del asunto es que su clase dominante tiene el despreciable descaro de hablar de la violación de los “derechos humanos” en otras latitudes.

Valga agregar como dato adicional -y sumamente demostrativo de la infame violencia racial que sigue presente en el país pese al “adelanto” de haber tenido un presidente negro- que la población afrodescendiente tiene en promedio trece veces más probabilidades que los no-negros de ser tiroteados y asesinados, constituyendo el 70% de la población carcelaria. La violencia campea por cada rincón del territorio estadounidense. Es el único país del mundo donde población civil, con beneplácito de las autoridades, forma milicias armadas hasta lo dientes para evitar el ingreso de migrantes irregulares a través de su frontera sur, literalmente: cazándolos. Es además el único país que se permitió usar armas atómicas contra población civil no combatiente, y utilizar armas químicas prohibidas en innumerables ocasiones.

Toda su industria cultural (cine, televisión, literatura, música, prensa escrita, medios digitales) refuerza a diario esta cultura supremacista, blanca, patriarcal. La idea de cow boy indestructible, por siempre ganador, se ha enquistado en el imaginario social de la población. Su clase dirigente, representada por los políticos de la Casa Blanca, portadora de esta ideología triunfalista, entroniza la violencia a niveles demenciales. En nombre de su bienestar -que siempre presupone el malestar de los no-iguales- se permite masacrar a quien se le ponga delante.

Pero, bueno… las cosas no son eternas. Algo está cambiando ahora en el mundo. La supremacía del dólar comienza a resquebrajarse, y sus armas ya no son las únicas potentes. La historia sigue, y la violencia continúa siendo su partera.

domingo, 6 de agosto de 2023

Libertad para los “cuatro de Newburgh”, encarcelados luego de una trampa orquestada por el FBI


6 de agosto de 2023. Por Amy Goodman y Denis Moynihan. El expresidente de Estados Unidos Donald Trump ha sido imputado penalmente por tercera vez en cuatro meses. En la imputación presentada por el fiscal especial del Departamento de Justicia Jack Smith se exponen los intentos de Trump por revertir su derrota en las elecciones presidenciales de 2020 para permanecer en el poder. Dentro de los cuatro cargos señalados en la acusación, uno de ellos es conspirar contra los derechos civiles de los ciudadanos estadounidenses en cuanto a que sus votos sean debidamente contabilizados. Los republicanos que apoyan a Trump repiten como loros el mantra acerca de que todas las investigaciones son parte de una caza de brujas diseñada para impedir que el expresidente recupere la Casa Blanca en 2024. Sin embargo, diversos analistas jurídicos han elogiado la estrategia detrás de la histórica acusación, la cual se centra en Trump sin añadir acusados adicionales ni otras complicaciones que pudieran entorpecer un juicio rápido.

En una breve declaración pública brindada el 1 de agosto, después de que se divulgara la acusación, el fiscal especial Jack Smith manifestó: “Quiero agradecer a los miembros de la Oficina Federal de Investigaciones, [el FBI], que están colaborando en esta investigación junto a los miembros de mi equipo […]. Estos hombres y mujeres son servidores públicos del más alto nivel y es un privilegio trabajar a su lado”.

Los elogios de Smith pueden estar justificados en este caso puntual. Pero el FBI tiene un largo y oscuro historial de persecución de disidentes políticos y otras comunidades marginadas. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, ese accionar afectó de manera significativa a la comunidad musulmana estadounidense.

Tomemos el caso de los llamados “cuatro de Newburgh”. Apenas unos días antes de que se hiciera pública esta última imputación contra Trump, una jueza federal de Nueva York concedió la llamada “liberación compasiva” a tres reclusos que habían sido condenados en 2010 por cargos de terrorismo y que habían recibido la sentencia mínima obligatoria de 25 años de prisión que se establece para este tipo de delitos. Estos tres presos, David Williams, Onta Williams y Laguerre Payen, son miembros de un grupo conocido como los “cuatro de Newburgh”. Se prevé que el cuarto integrante de este grupo, James Cromitie, solicitará por separado la liberación compasiva.

En la orden de liberación, la jueza Colleen McMahon escribió: “Cualquier persona que leyera la descripción de los delitos incluidos en la condena se quedaría con la idea de que los acusados eran sofisticados terroristas internacionales enrolados en la yihad contra Estados Unidos. Sin embargo, en realidad eran unos desventurados delincuentes de poca monta, fácilmente manipulables, […] unos estafadores de mala muerte, simples drogadictos o dealers callejeros a los que les venía bien hacer algo de dinero”.

La jueza McMahon dispuso que los tres reclusos, que ya han estado encarcelados durante 14 años, fueran puestos en libertad en un plazo de 90 días. Los “cuatro de Newburgh” saltaron a la palestra mediática cuando fueron arrestados en 2008, acusados de conspirar para dinamitar una sinagoga ubicada en el distrito del Bronx y para derribar aviones militares estadounidenses con misiles tierra-aire. Para incriminar en falso a estos cuatro hombres, el FBI recurrió a Shahed Hussain, un turbio informante a sueldo y un delincuente profesional que intentaba evitar a toda costa su deportación.

La jueza McMahon escribió al respecto: “El FBI inventó la conspiración, identificó a los objetivos, fabricó los dispositivos, convirtió en delito federal lo que originalmente habría sido un delito estatal […], y trasladó a tres de los cuatro hombres a Connecticut para que observaran las 'bombas' y los 'lanzamisiles Stinger' […]. Hussain condujo a los cuatro hombres en su automóvil hasta [la localidad] de Riverdale, ya que ellos no tenían manera de ir por su cuenta. Luego, él mismo 'ensambló' la 'bomba', dado que el infortunado Cromitie, a pesar de su [gran] 'expertise', no pudo entender cómo hacerlo, y le indicó a Cromitie cómo colocar el artefacto”.

La jueza viene cuestionando desde hace largo tiempo la conducta del Gobierno en esta elaborada artimaña de instigación al crimen, además de expresar su descontento por verse obligada a condenar a los acusados a la pena mínima obligatoria. “El hecho de que lo que hizo el Gobierno fuera legal no lo convierte en justo”, escribió McMahon al ordenar la libertad compasiva de los tres hombres.

Los “cuatro de Newburgh” son solo un caso dentro de una larga lista de persecuciones judiciales instigadas por informantes que incriminaron falsamente a personas de la comunidad musulmana. Stephen Downs preside el consejo directivo de la Coalición por las Libertades Civiles y representa a David Williams, uno de los “cuatro de Newburgh”. En conversación con Democracy Now!, expresó: “Tenemos muchos casos como este, como 'los cinco de Fort Dix', 'los cinco de Tierra Santa' y el caso de [la neurocientífica paquistaní] Aafia Siddiqui. La lista es larga”.

Downs se desempeñó también como fiscal principal de la Comisión de Conducta Judicial del Estado de Nueva York. En la entrevista con Democracy Now, añadió:

“Este fue el procedimiento operacional estándar del Gobierno [estadounidense] inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Inventaron la mayor cantidad posible de supuestos terroristas para mostrar a la opinión pública […] que estaban manteniendo a salvo a Estados Unidos. Si no podían encontrar terroristas de verdad —y no podían, porque realmente no había terroristas de verdad—, tenían que crearlos. Y eso es lo que hicieron”.

El proceso judicial contra los “cuatro de Newburgh” fue un caso motivado por cuestiones políticas. Estas cuatro personas no podrán recuperar los 14 años de vida que han perdido, seguirán en libertad condicional —sujetos a poder volver a prisión— y continuarán siendo considerados “delincuentes”, con toda la carga que conlleva esa designación.

Mientras tanto, en octubre pasado, uno de los principales fiscales federales del caso de los “cuatro de Newburgh”, David Raskin, se sumó al equipo de fiscales que investiga a Trump por el manejo indebido de documentos clasificados en la residencia que el expresidente posee en el resort Mar-a-Lago. El fiscal especial Jack Smith tiene por delante un enorme desafío: llevar adelante el juicio por el intento de golpe de Estado de Trump y, a la vez, situarse por encima del ampliamente documentado historial de persecuciones políticas cometidas por el FBI.


© 2023 Amy Goodman. Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org