14 septiembre 2022. Por Armando Palau Aldana. El inmortal Jorge Luis Borges escribió un poema intitulado “Ajedrez” que dice en sus primeras estrofas: “En su grave rincón, los jugadores/rigen las lentas piezas. El tablero/los demora hasta el alba en su severo/ámbito en que se odian dos colores/Adentro irradian mágicos rigores/las formas: torre homérica, ligero/caballo, armada reina, rey postrero/oblicuo alfil y peones agresores”,ñ.
Este juego cuyo desenlace delira en casillas entrelazadas comprende una visión algebraica de la guerra, como la política (versión civilizada de aquella), nos lleva a afirmar que el nuevo gobierno liderado por Petro, tiene en la oposición que encabeza el movimiento Centro Democrático, una cuadrilla que también sabe jugar su propio ajedrez, para lo cual tiene grotescos alfiles como Paloma, Cabal y Lafaurie, peones de brega como el iletrado Macías y por supuesto al destronado rey Uribe.
La mayoría de la opinión pública los asocia a los sectores tradicionales de las fuerzas armadas que se formaron en la doctrina militar de West Point o de la Seguridad Nacional como política exterior de los Estados Unidos, cuyas visibles y veteranas cabezas han sido objeto de una arrojada y acertada decisión política de descabezamiento, dando oportunidad a las generaciones jóvenes de los comandos castrenses, para romper el invisible hilo conductor con el paramilitarismo y el narcotráfico, así como desorbitantes gastos de contratación amparados en la reserva legal que tienen esas cuentas.
También atendió el actual gobierno, una reclamada a gritos purga policiva para desarticular ese cuerpo que no debe ser armado y que tiene en su negativo haber histórico los apodos de chulavitas y pájaros, como policía secreta de la hegemonía conservadora entre Laureano Gómez y el general Rojas Pinilla, una carga genética que ha protagonizado los mayores abusos y quebrantamiento de derechos humanos a la juventud colombiana con el tristemente célebre Escuadrón Móvil Antimotines y Disturbios (ESMAD), creado a finales del Siglo XX.
Las diferentes fichas del uribismo concentradas en el Centro Democrático, vienen convocando a los recién dados de baja generales y comandantes de las fuerzas armadas, para tratar de recuperar el Establishment como grupo dominante elitista que permitió durante nuestra historia republicana, consolidar marcadas diferencias sociales y el empobrecimiento del campesinado, de las comunidades afrodescendientes, de los pueblos indígenas, de los sectores obreros y de los microempresarios que son el bastión de la economía, así como la frustración de la vigorosa juventud.
Sus jugadas de ajedrez, requieren una aguda mirada y no despistarnos, para determinar que muchas de las recientes ocupaciones de tierras rurales no son propiamente una recuperación de antiguas propiedades, sino la provocación de peones en sectores populares para generar el caos y la anarquía, en vez de reclamar y tramitar por los nuevos canales institucionales, la función social de la propiedad consagrada desde la reforma constitucional de López Pumarejo en 1936.
El Pacto Histórico ha anunciado el cumplimiento de ese mandato constitucional retomado por la Carta Fundamental de 1991, pero congelada y negada durante casi 7 décadas con los procesos de migración forzosa del campesinado y comunidades indígenas, provocados por la violencia partidista que ha favorecido a unos pocos grandes terratenientes.
Estos latifundistas, dedicados la mayoría a la ganadería, que ocupa el 90% de la tierra agrícola (42 millones de hectáreas), pastizales que en buena parte (más de 1.3 millónes Has de tierras baldías), han sido objeto de prescripciones adquisitivas de dominio, como lo preciso recientemente la Corte Constitucional, visibiliza que Colombia es uno de los paises más desiguales en cuanto a distribución de tierra en el mundo, pues más del 80% de su tierra rural pertenece o está en manos del 15% de latifundistas, mientras que menos del 20% de la ruralidad comprende al 75% de minifundios.
En términos generales, la gestión gubernamental de Petro ha sido recibida con beneplácito por la opinión pública y mundial, por ello de cuando en vez los cantos de angustia afloran por los derrotados sectores de derecha que encarna el uribismo y sus alfiles, marcados por un derroche del gasto público y una ingente corrupción.
Las cifras de este desangre empiezan a evidenciarse, en la medida en que el gobierno con sus veteranos ministros, que se mueven como pez en el agua, destapan los anaqueles de una fatídica gobernanza encabezada por la estupidez de Iván Duque, saliente presidente impuesto por el Hombre de las Tinieblas quien prepara desde su Ubérrimo las próximas jugadas de ajedrez con sus fichas negras.
A propósito dijo Borges, con literaria certeza: “Cuando los jugadores se hayan ido/cuando el tiempo los haya consumido/ciertamente no habrá cesado el rito/…/Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada/reina, torre directa y peón ladino/sobre lo negro y blanco del camino/buscan y libran su batalla armada/No saben que la mano señalada/del jugador gobierna su destino/no saben que un rigor adamantino/sujeta su albedrío y su jornada/…/Dios mueve al jugador, y éste, la pieza/¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza/de polvo y tiempo y sueño y agonía?
.
0 comentarios:
Publicar un comentario