sábado, 9 de marzo de 2024

El Peligro al que se expone una sociedad que no sabe leer


9 de marzo 9 de 2024. Por Carlos Arturo Arias Castañeda. “No es analfabeta aquel que no sabe leer, sino aquel que sabiendo leer, no lee” Miguel de Unamuno. Como verán el título del presente texto utiliza el término peligro y no problema, pues es reconocido por todos que en la actualidad muchas personas en el mundo viven sin saber leer. De hecho, las civilizaciones primitivas existieron antes que la escritura y la lectura. No saber leer no es un problema en sí mismo; pero, en el presente representa un peligro inminente que puede condenar aún más al atraso a sociedades subdesarrolladas como la nuestra. Valdría la pena preguntarnos entonces: ¿Qué es saber leer hoy?, ¿Para qué leer hoy? Y ¿Cómo enseñar a leer hoy?

La reflexión que les comparto a continuación, surge de mi asistencia el encuentro “El futuro de la educación en Colombia, la educación como propósito nacional” organizado por el grupo Prixa y la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI), el día 6 de marzo del presente año. A este primer encuentro llevado a cabo en la ciudad de Cali asistieron personalidades como la Ministra de Educación, el Viceministro de Educación Superior y otros funcionarios de esta cartera, también los rectores de algunas universidades prestantes como la Pontificia Javeriana, la Icesi, la San Buenaventura, Univalle, Eafit y la Nacional de Colombia, además de expertos internacionales en educación en representación de organismos como el Banco mundial, el Banco Interamericano de desarrollo (BID) y otras organizaciones.

Frente a la cuestión ¿cómo fortalecer la educación en Colombia?, surgieron algunas recomendaciones y consideraciones: 1) El gran desafío de la educación en Colombia gira en torno a la cobertura y la calidad, calidad que no se resuelve con tecnología e inteligencias artificiales, pero que tampoco se resuelve sin ellas. 2) La escandalosa inequidad en Colombia es una más de las inequidades a las que nos hemos acostumbrado. 3) Todos los niños y niñas tienen talentos, pero no todos tienen oportunidades; la educación es la única oportunidad que tienen nuestros chicos de transformar su realidad. 4) De manera natural los niños están interesados a aprender a partir de preguntas, pero la sociedad y la escuela les corta ese deseo so pretexto de que se vuelven preguntones, para luego tener que invertir grandes recursos y tiempo logrando que sean críticos… no pregunten, pero sean críticos, que contradicción. 5) En Colombia los estudiantes que están por encima del promedio nacional en las pruebas de competencias se encuentran lejos de alcanzar la excelencia, 6) En la escuela es necesario “Repensar la manera de Pensar” tarea que pasa por investigar, pero en la mayoría de los casos los docentes esperan que les digan que hacer y cómo hacer, nos acostumbramos a hacer desde el parecer y no desde la evidencia científica o académica.

Como ven son varias las consideraciones, asuntos reiterados producto de una sobrediagnosticación de los problemas de la educación colombiana, sin embargo, para hablar de futuro de la educación se hace necesario tener un propósito, de lo contrario navegaríamos sin dirección como en Cali, que carece de un plan de educación distrital a mediano y largo plazo. Pues bien, la Ministra Aurora Vergara en su participación planteó como el gran propósito de la educación la restauración de la dignidad humana a partir de resignificar el tiempo en la escuela, la pertinencia de lo que se enseña, favorecer los aprendizajes situados-contextualizados, minimizar los índices de deserción y reprobación, así como de acciones afirmativas en pro de la conservación del medio ambiente. Mariano Jabonero, secretario general de la OEI mencionó que el propósito debe ser transformar la educación en el país y esto pasa por lograr consensos nacionales para avanzar hacia compromisos comunes, contar con escuela inclusivas y saludables, favorecer los aprendizajes para la vida, tener maestros mejor preparados, lograr que la financiación de la educación sea suficiente y sostenible y pasa por avanzar hacia la transformación digital.

Hasta aquí el discurso apuntaba de una u otra manera a recalcar la necesidad de introducir la innovación tecnológica y la innovación educativa a la práctica pedagógica. Un término “innovación” que al igual que el de “reinventarse” durante la pandemia se volvió moda, que todos repiten como loros, pero que muy pocos entienden, que es ¿innovación educativa?, seguro es tema de un semestre o más de universidad. ¿Es posible la innovación tecnológica en las IEO sin conectividad y dispositivos suficientes?, pues bien, en mi caso todo este discurso se derrumbó cuando Horacio Álvarez Marinelli, senior en educación y experto en políticas educativas del BID mencionó que de acuerdo a estudios que ellos han realizado en nuestro país 3 de cada 4 estudiantes carecen de competencias matemáticas y que en el caso de la comprensión lectora la situación es más dramática, solo como ejemplo indicó que en Cali el 55% de los estudiantes que terminan quinto de primaria no comprenden lo que leen y un número importante ni siquiera lee. Su llamado fue a dejar de pensar en competencias del siglo XXI y volver a las competencias del siglo XIX, garantizar que los niños, niñas y jóvenes mínimamente lean, escriban y hagan cuentas. Si no se parte de esos mínimos, alcanzar otras competencias será impensable.

Al indagarle a Horacio sobre las posibles causas de que los niños y niñas colombianas presentaran tan bajos índices de comprensión de lectura, mencionó: 1) A muchos maestros que hoy están enseñando a leer, nunca les enseñaron a enseñar a leer y hacen lo que pueden, los resultados saltan a la vista. 2) Algunos maestros utilizan métodos para enseñar a leer poco efectivos. 3) Colombia es el único país de América sin textos escolares. 4) Colombia no tiene currículo unificado y 5) El sistema educativo colombiano navega a ciegas, sin datos. El experto aclaró que el problema de no comprender lo que se lee en undécimo o en quinto no inicia en quinto u once, sino en los grados iniciales, que es allí donde se debe hacer el énfasis.

Como matemático no pude evitar que las cifras que había socializado Horacio Álvarez me tocaran, al punto que creo que no logré prestar mucha atención a las demás presentaciones, un sinnúmero de preguntas rondaba mi cabeza, entre ellas: ¿Qué falta hacer o que recursos se deben invertir para que los maestros realmente puedan alcanzar el propósito de enamorar a sus estudiantes de la lectura y encaminarlos en la ruta de la producción escrita?, ¿qué deben hacer los maestros de matemáticas para logar que sus estudiantes en grados inferiores desarrollen su pensamiento matemático, su cálculo mental, más allá de la capacidad de resolver algoritmos y memorizarse las tablas de multiplicar?

 Me pregunté de nuevo ¿para qué leer?, y volví a escritos anteriores en los que mencionó que no es una tarea difícil encontrar argumentos que muestren lo relevante que es saber leer, entre ellos: Aumenta la inteligencia, estimula la creatividad, ejercita la memoria, activa la empatía, Desestresa, estimula habilidades de resolución de problemas, alarga la esperanza de vida, ayuda con el insomnio, mejora la toma de decisiones y contribuye con la felicidad. Por otro lado, se obtiene mayor vocabulario, ayuda a que las personas se expresen mejor, mejora la concentración, facilita el proceso de conocer y aprender. Así que, reafirmé la importancia de seguir insistiendo en la tarea de enseñar a leer.

Quise responderme por último ¿cuál es el peligro al que se expone una sociedad que no sabe leer?, a propósito, solo quise presentar unos pocos argumentos: no leer o leer deficientemente afecta inevitablemente el desarrollo del pensamiento y deja fuera del alcance de las personas poder argumentar eficientemente de manera escrita sus ideas. Lo cual es una pena porque genera una dependencia intelectual de otros.

Espero que sus comentarios me ayuden a nutrir esta respuesta y determinar si están de acuerdo con que la escuela hoy debe poner mayor énfasis en lograr que los niños, niñas y jóvenes pueden leer comprensivamente, producir textos coherentes y resolver problemas a partir de hacer cuentas matemáticas de manera acertada, si creen que se pueden obviar esas tareas para desarrollar pensamiento crítico o computacional. Si están de acuerdo con que hoy todo debe apuntar a la innovación educativa, así no se comprenda muy bien qué es.

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